El argentino Pablo Aimar fue una de las estrellas más laureadas por la afición durante su estancia en el Valencia CF. El crack logró conquistar a la afición en apenas una temporada gracias a sus grandes habilidades y su desparpajo. Repasa con nosotros algunos de sus mejores goles con el conjunto blanquinegro:
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— LaLiga (@LaLiga) 13 de octubre de 2019
El conjunto Che logró adelantarse a otros equipos europeos para hacerse con los servicios del argentino en enero de 2001. En aquella época Aimar era una de las estrellas más aclamadas por los aficionados al fútbol. Toque, regate, agilidad, descaro y ojo para el gol fueron algunos de los motivos por los que el centrocampista captó la atención de todos, incluso de un joven futbolista que más adelante daría mucho que hablar: Leo Messi en 2002 declaró que Aimar era su ídolo y una de sus influencias más grandes como jugador.
24 millones de euros y siete años de contrato fueron los factores que hubo que aceptar para hacer efectiva la llegada de Aimar al Valencia CF. Sin embargo, pronto el jugador devolvió, con su buen juego, la confianza depositada en él, pues en la temporada 2001-2002 Aimar lideró al conjunto Che a alzarse con al triunfo liguero.
En la siguiente campaña, a pesar de acusar un cierto descenso a nivel personal, pues el jugador obtuvo más tarjetas (cinco) que goles marcados (cuatro); el argentino llevó al Valencia a proclamarse campeón de Primera División y de la Europa League tras vencer al Olympique de Marsella en Gotemburgo, el Valencia lograba así tocar el cielo europeo.
En 2004 el argentino logró la Supercopa de Europa, pero a partir de esta temporada Aimar no consiguió alzarse con más títulos ni a nivel nacional ni internacional. En las siguientes temporadas el jugador siguió encandilando a la afición Che que veía en él un auténtico mesías.
Sin embargo, como le ha ocurrido a muchos otros jugadores, en sus dos últimas temporadas el argentino sufrió la ira de las lesiones que lo alejó de su mejor nivel en el verde. No encontró su sitio con Ranieri, aunque con Quique Sánchez Flores el jugador volvió a tener minutos en el campo, pero su rendimiento seguía sin ser el que era.
Tras una etapa gloriosa en el Valencia CF en la que entregó a la afición dos títulos de LaLiga, una Copa de la Europa League y una Supercopa de Europa, el club tuvo que tomar la difícil decisión de dejar marchar al enganche, una marcha que no fue comprendida por la afición que veía en él un carrusel de éxitos en los próximos años. Así pues, el argentino puso fin a su etapa como Che en el verano de 2006 cuando fue vendido al Real Zaragoza.