Jaume Domènech, el gato que regaló sus siete vidas
La historia del deporte en equipo está repleta de personajes grises que antepusieron el 'nosotros' por encima del 'yo' en pos de la victoria. Capaces de poner en riesgo su propia integridad física en favor del colectivo. La Francia de Zidane tuvo a Deschamps, los Bulls de Jordan a Cartwright y los All Blacks a 'Buck' Shelford. Y el Valencia CF cuenta con Jaume Domènech.
Como un boxeador dispuesto a encajar tantos golpes como sean necesarios para ganar el combate, el Gato de Almenara ha puesto sus siete vidas al servicio del Valencia CF. Siete vidas que han dado para mucho y en las que espera que el título de Copa del Rey no sea la meta, sino un premio a mitad del camino.
El largo camino hacia la élite
Jaume Domènech disfruta ahora de una posición de privilegio en un Valencia CF que ha entrado en la historia ganando la Copa del Rey el año del Centenario, pero no siempre fue así. El de Almenara ha tenido que recorrer un largo camino hacia la élite. Tan largo que muchos se hubieran rendido.
Se formó en la UD Almenara, a las órdenes del exvalencianista Forment, y siempre tuvo claro que quería ser portero. "Empecé a los cinco años siendo defensa y estaba obsesionado con ser portero. Mi padre no quería, me dijo que a los porteros cuando les hacían goles pues les decían cosas, pero yo le cogí unos guantes de ciclista a mi padre y entrenaba con ellos", confesó en una entrevista para ElDesmarque.
Sus buenas condiciones le llevaron a formar parte de la cantera del Villarreal CF. Allí comenzó a soñar con ser futbolista profesional, pero también dudó de su capacidad para lograrlo. "Me llegué a plantear mi futuro con la salida del Villarreal. Tenía muchos obstáculos para encontrar algo que me motivara, hubo momentos en los que tuve ansiedad porque me preguntaba si valía la pena sufrir tanto después de haber luchado y trabajado todos esos años", reconoció el portero.
Tras salir del Villarreal le tocó recorrer el camino más largo hacia el éxito. Se fue al CD El Palo de Tercera División. Después pasó a Huracán Valencia en Segunda División B, donde tuvo a Nico Estévez de entrenador. Éste pasó al banquillo del Valencia Mestalla en 2013 y se llevó a Jaume con él. Tras dos años en el filial valencianista, le llegó la oportunidad en el primer equipo.
Gijón, donde cambió todo
El 12 de septiembre de 2015 fue el día que todo cambió para Jaume Domènech. El de Almenara había comenzado la temporada como cuarto portero del Valencia CF. Diego Alves era el titular, pero había sufrido una grave lesión de rodilla y se había fichado a Mat Ryan para cubrir su ausencia. Además, también estaba Yoel Rodríguez, quien la temporada anterior había llegado procedente del Celta.
El camino hacia la titularidad parecía cerrado para Jaume, pero Ryan se lesionó. Con Alves fuera de combate, Nuno Espirito Santo tuvo que elegir entre Yoel y Jaume para defender la portería frente al Sporting. El de Almenara ganó el pulso. Fue titular en El Molinón y protagonizó una actuación redonda. Dejó la portería a cero, firmó varias intervenciones de mérito y acabó ganando el partido.
"Fue la recompensa a toda una vida dedicada a ese momento. Toda la vida me he esforzado y he trabajado para vivir un momento como ese, debutar con la camiseta del Valencia CF", recuerda el guardameta.
Fue el inicio de una larga trayectoria en Mestalla, en la que ha alternado focos con sombras. En ese primer año fue en el que gozó de mayor continuidad. En esos momentos en los que el Valencia CF iba a la deriva se cimienta la leyenda de Jaume. Tuvo partidos en los que fue decisivo, como en la victoria en Francia contra el Lyon. Más allá de por su rendimiento, Domènech se ganó a la grada de Mestalla por su forma de interpretar el rol de portero. Celebraba las paradas como un delantero después de marcar un gol. Su unión con la afición fue instantánea.
Jaume Domènech, un líder en la sombra
Cuatro años después de aquel inolvidable debut, Jaume Domènech ha dejado de ser un jugador simpático por sus excentricidades para consagrarse como uno de los líderes del vestuario. A sus 29 años ya es uno de los pesos pesados del Valencia CF. Acumula un curriculum brillante a sus espaldas, con 31 partidos en Primera, 7 de Champions y 22 de Copa del Rey, con una final y un título incluidos.
Es uno de los líderes del vestuario, un símbolo del valencianismo, el portero de la Copa del Centenario, el que se subió al larguero en el Villamarín. Jaume ya es muchas cosas, pero nunca ha querido ser 'yo' sino 'nosotros'. Siempre ha tenido claro que el beneficio del grupo está por encima de los intereses individuales y ese ha sido el lema que ha aplicado para alcanzar el éxito.
Ya ha regalado varias de sus siete vidas al Valencia CF y estaría dispuesto a consumir todas las demás si fuera necesario. Los intereses del grupo están por encima de los suyos propios.