Roma, 16 dic (EFE).- El Atalanta, rival del Valencia en los octavos de final de la Liga de Campeones, hizo historia al llegar por primera vez a la fase de eliminación directa y destaca por su presión alta, su descaro y su fútbol total, en el que todos sus jugadores participan activamente en defensa y en ataque.,En su primera experiencia absoluta en la Copa de Europa, el Atalanta del técnico Giampiero Gasperini selló una hazaña histórica al pasar a los octavos de final pese a perder los tres prim
Roma, 16 dic .- El Atalanta, rival del Valencia en los octavos de final de la Liga de Campeones, hizo historia al llegar por primera vez a la fase de eliminación directa y destaca por su presión alta, su descaro y su fútbol total, en el que todos sus jugadores participan activamente en defensa y en ataque.
En su primera experiencia absoluta en la Copa de Europa, el Atalanta del técnico Giampiero Gasperini selló una hazaña histórica al pasar a los octavos de final pese a perder los tres primeros partidos.
Un empate contra el Manchester City del español Pep Guardiola y los triunfos contra el Dinamo Zagreb y el Shakhtar Donetsk en Kharkiv, unidos a una serie de resultados ventajosos en los enfrentamientos de sus rivales, permitieron al equipo de Bérgamo acabar segundo en el grupo C en la última jornada, detrás del campeón inglés.
Y es que el Atalanta lleva años realizando un excelente trabajo a nivel técnico y de gestión, que le permitió participar en la Liga de Europa de hace dos años, en la fase previa de esa competición el curso pasado hasta dar el salto a la Liga de Campeones en la presente campaña.
Lo hizo gracias a la competencia de su cantera, una de las mejores de Italia, de sus ojeadores, capaces de fichar por pocos millones de euros a jugadores de altísimo potencial, y de su entrenador, que construyó una máquina capaz de tutear a los grandes de Italia y de ser competitiva en Europa.
Los colombianos Duván Zapata, actualmente lesionado pero que estará recuperado para febrero, y Luis Muriel, el argentino Alejandro Gómez, el esloveno Josip Ilicic, el extremo holandés Hans Hateboer y su homólogo belga Timothy Castagne son algunos de los líderes de un Atalanta en el que, sin embargo, domina el colectivo.
Gasperini alinea un 3-6-1 que destaca por su constante presión alta, su intensidad y su calidad y velocidad a la hora de salir a ofender.
Delante del meta italiano Pierluigi Gollini, decisivo con unas grandes paradas la semana pasada contra el Shakhtar para llegar a octavos, actúan el argentino José Luis Palomino, Andrea Masiello y el brasileño Rafael Toloi, tres jugadores que se sienten cómodos jugando el balón desde la zaga.
El suizo Remo Freuler y el holandés Marten De Roon mezclan calidad y cantidad en el centro del campo y acompañan a dos medias puntas que suelen ser Gómez, diestro, e Ilicic, zurdo, con el ucraniano Ruslan Malinovski y el croata Mario Pasalic, como alternativas.
Trabajan y combinan perfectamente con los dos incansables extremos, que son Hateboer en la derecha y Castagne o el alemán Robin Gosens en la izquierda. Jugadores perfectos para recorrer toda la banda y que dan su aportación también en el juego aéreo en defensa y en ataque.
Duván Zapata, ausente por lesión muscular desde el pasado octubre, es el delantero centro titular del club de Gasperini. Mezcla fuerza física y gran capacidad a la hora de definir y firmó 23 goles en la última temporada.
Debería volver a competir antes de finales de año y todo apunta a que será él el titular contra el Valencia, con su compatriota Luis Muriel, autor de nueve goles en esta Serie A y de uno en la Liga de Campeones, listo para sustituirlo.
Unas armas que convierten al Atalanta en un equipo peligroso, que no tiembla ante las adversidades y que sueña con prolongar su camino en la primera Copa de Europa de su historia.