El Valencia CF con la polémica empieza a ser sobrenatural. En cada partido ocurre una acción dudosa que perjudica al conjunto de Celades, y en esta ocasión el error ha sido garrafal. Un penalti clarísimo de Pacheco a Cheryshev en la primera mitad que ni Gil Manzano ni el VAR decidieron pitar. Incomprensible.
Corría el minuto 24 y el ruso, que entró solo en el área, picó el balón por encima de un Pacheco que le derribó. Sin embargo, el colegiado señaló saque de esquina, sorprendiendo a una plantilla que se lanzó a por Gil Manzano para pedir explicaciones. Nada. El árbitro no corrigió su decisión y la jugada quedó impune.
La acción se produjo en el tiempo adicional de la segunda mitad, el reloj marcaba el minuto 93 cuando una jugada a balón parado a favor del conjunto verdiblanco desencadenaba el enfado de la grada local. Gabriel Paulista intentaba despejar un balón templado que venía del córner cuando Loren Morón le hacía la cama y evitaba que el brasileño lograse despejar el balón de la zona de peligro. El esférico caía muerto en los pies del delantero bético, que remataba a quemarropa y fusilaba a Cillessen, quien poco pudo hacer en la jugada. Rápidamente la afición reclamó la falta y se enfadó con el árbitro al no decretarla.
Esta no ha sido la única polémica en la que se ha visto involucrado el conjunto de Mestalla, su relación con el arbitraje esta siendo de lo más criticado por la afición valencianista, y el que el Valencia CF es uno de los clubes más castigados por el VAR.
Antes que la del Valencia-Betis la última polémica que atravesó el cuadro blanquinegro fue en la ida de octavos de final de la Liga de Campeones ante el Atalanta. A pesar de la efectividad de los italianos, que les permite viajar a Mestalla con una gran ventaja, el último gol podría haber sido anulado por fuera de juego posicional, lo que hubiera permitido a los de Celades reducir las distancias de cara a la vuelta.
Corría el minuto 62 cuando Hateboer realiza un desmarque desde la derecha que, tras pasar entre las piernas de Ilicic, permite al lateral anotar su segundo gol y el cuarto del conjunto de Gasperini. Sin embargo, el delantero, a pesar de dejar pasar el balón, solo con su presencia obliga a Gayà y Mangala a dar un paso hacia él, lo que levantó las quejas de la plantilla, asegurando que influyó en la jugada.