Cesare Prandelli, ex entrenador del Valencia CF, ha concedido una entrevista en Italia donde ha hablado del coronavirus, de su opinión sobre la fecha de reanudación de las competiciones deportivas y sobre la pérdida de amigos y conocidos debido a la enfermedad. El técnico, sin equipo actualmente, habla sin pelos en la lengua y asegura que ahora mismo no es momento para el fútbol.
''Si te soy sincero, ahora tengo un sentimiento de repulsión. Asocio el fútbol con la diversión, con la alegría, y este no es el momento para el fútbol. Se debe permitir que el duelo y el dolor se calmen. Respetar a los que han sufrido. No puedes ir del cementerio al estadio en un día; de un convoy de 150 ataúdes a celebrar un gol. Si el fútbol pierde 3 o 4 meses, nada cambia. No solo los futbolistas deben estar listos para jugar, sino también las personas. Para mí, el fútbol es alegría, traer familias y niños al estadio. Tenemos que tomar tiempo y las condiciones de seguridad no son suficientes", asegura en declaraciones recogidas por el diario Superdeporte.
Además, también opina sobre cómo está afectando la situación al fútbol: ''Sé que el fútbol es una empresa y tiene sus preocupaciones, pero sería inmoral reducirse a discutir los salarios cuando las personas mueren y pierden sus empleos. Quisimos impulsar el carro a toda costa, entre puertas abiertas y cerradas, con las consecuencias que conocemos. Creo que las actitudes de los jugadores también tendrán que cambiar, estoy convencido de que se convertirá en un deporte aún más hermoso, incluso la pelota cambiará y tendrá que acercarse mucho más a la gente'', asegura el ex entrenador del Valencia CF.
Finalmente, habla de cómo le ha tocado personalmente la enfermedad: ''Perdí muchos amigos y conocidos, un sacerdote, un médico. En Orzinuovi, con 13.000 habitantes, mueren de promedio cien personas por año, ahora murieron noventa en tres semanas. Una masacre. Si un anciano muere, sedice 'bueno, tenía 80 años...', pero esas personas mayores hicieron nuestra historia, nos permitieron ser quienes somos. Quizás mañana respetemos más a los ancianos'', finaliza.