Toni Lato no se ha quedado callado ante las pintadas que ha recibido una ginecóloga en su coche personal, calificándola de "rata contagiosa". Desde el primer día, uno se los sectores que más se ha valorado por parte de la población es el de los sanitarios. Millones de personas salen a las 20.00 horas a los balcones a aplaudir su labor, pero también hay quien luego, a la espalda, aprovecha la más mínima para intentar alejarlos de sus casas. El lateral, cedido en el Osasuna por el Valencia CF, ha publicado un tuit en el que muestra su enfado con la persona que ha realizado las pintadas: ''Esto es lamentable, mucho ánimo y gracias a ella y todos los sanitarios por vuestro trabajo que hacéis día a día y no sólo en este periodo, siempre, es admirable y honorable'', comenta el futbolista.
Toni Lato no se ha quedado callado ante las pintadas que ha recibido una ginecóloga en su coche personal, calificándola de ''rata contagiosa''
Esto es lamentable, mucho ánimo y gracias a ella y todos los sanitarios por vuestro trabajo que hacéis día a día y no sólo en este periodo, siempre, es admirable y honorable 🙌🏼👏🏼 https://t.co/YCQDGDxkpO
— Toni Latorre (@ToniLato3) April 16, 2020
No es la primera vez que se dan casos similares al que ha criticado el lateral del Valencia CF. Durante los últimos días se han visto varios carteles en distintas comunidades de vecinos en los que viven sanitarios, policías o cajeros que intentan alejar a estas personas del edificio. Hay quienes les responden, aunque otros prefieren callar.
Entienden algunos vecinos que se trata de personas con un riesgo muy alto de contagio, ya que está expuestas a contraer el coronavirus en primera línea. En su mayoría, este tipo de personas corresponden también a grupos de riesgo, ya sea mayores de edad o padres con hijos pequeños.
Se trata, por suerte, de las excepciones. Buena parte de la población, por otro lado, se ha ofrecido incluso para ayudar a estos trabajadores, ya sea haciéndoles la compra o colaborando como buenamente puedan. Sanitarios, policías o reponedores en el supermercado que además de estar a pie del cañón en su trabajo, vuelven a casa y encuentran reproches en vez de agradecimiento.