Ni Champions, ni Europa League, ni amor propio, ni nada. El Valencia CF perdió ante el Villarreal CF en un lamentable partido en el que en ningún momento dio la sensación de poder doblegar al conjunto castellonense.
Sin ideas sobre el campo ni en el banquillo, el equipo, el proyecto está en coma, necesita buscar un líder que no aparece ni en el césped, ni en la grada y lo pagó con una nueva derrota que, además, es prácticamente definitiva en la lucha por las plazas de honor en LaLiga Santander. Salvo honrosas excepciones, la actitud de los jugadores fue deficiente. El calor y el cansancio tampoco ayudaron, pero el bloque fue una desagradable mueca durante todo el choque y su todavía entrenador no tiene soluciones que ofrecer. Ahora o cuando quieran, pero cambien algo. El Valencia CF está en coma.
De inicio Celades perdonó a Maxi Gómez y sorprendió saliendo sin mediocentro defensivo. Daniel Wass acompañó a un Dani Parejo escoltado por Carlos Soler y Ferran Torres. Guedes descansó desde el principio, pero da igual. Nadie está a su nivel en este Valencia, ni el técnico, ni los jugadores y eso se notó bien pronto.
Al Valencia le interesaba que el Villarreal fuera el que llevara el peso del juego para salir a la contra con velocidad o con balones largos pero a las primeras de cambio, la falta de intensidad en defensa le penalizó. Gerard recuperó en campo valencianista un balón que iba a Gayà. Le dejaron pensar y la puso perfecta para que Paco Alcácer, con maestría, rematara libre de marca tras acomodar el cuerpo y anotara el 1-0.
El Valencia CF acusó el golpe y, en otra jugada incomprensible, a punto estuvo de encajar el segundo tanto en el 21. Gerard cabeceó de lejos, Cillessen hizo la estatua, la defensa miraba... Era un despropósito. El equipo iba dos velocidades por debajo de los Chukwueze, Anguissa y compañía.
El Villarreal llegaba un paso antes que los de Mestalla, más lentos, más apáticos que su rival, con la sensación de no jugarse tanto como estar o no en Europa la temporada que viene. De hecho, tal fue la dejadez que en el 43 encajó un segundo gol antes del descanso que ponía la puntilla a los de Celades. Un balón largo que Cazorla acomoda a Gerard que empalmaba con clase el 2-0. El baño y el baile era épico y lo mejor que le podía pasar a los de Mestalla es que llegara el descanso.
Guedes por Ferran Torres fue la solución de Celades para tratar de parar una sangría inexplicable. El equipo mejoró algo, al menos intentó acercarse a su rival y tuvo más tiempo el balón, pero las sensaciones que transmitía son las mismas que en Ipurúa, que en los últimos minutos ante el Osasuna o durante tantos partidos fuera de Mestalla este año.
Celades sacó a Kondogbia por un desacertado Dani Parejo. Está muy lejos de su mejor momento el capitán. En un barco a la deriva ya no quedan intocables. El Villarreal empezó a manejar el balón y a marear a un Valencia noqueado, a la deriva. En la última pausa para la hidratación todo estaba sentenciado y Celades sacó a Gameiro y Kangin Lee por Rodrigo y Carlos Soler, los que más fundidos estaban. Ellos dos protagonizaron la mejor ocasión del equipo ¡En el 84! con eso está dicho todo. Le dieron otro aire al equipo, es cierto, pero ya era tarde.
Celades paseaba en el banquillo con el gesto desencajado, el equipo, no hacía nada sobre el césped y por perder perdía hasta el golaveraje. Lamentable imagen que deja un proyecto tocado.
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