Si en una posición el Valencia CF había sido regular, era la de portero. Desde el parón, Jasper Cillessen había cuajado buenas actuaciones y se había asentado como guardameta titular, pero Voro decidió darle descanso y le dio la titularidad a Jaume Domènech, que no comenzaba un partido desde el pasado mes de febrero ante la Real Sociedad (3-0).
En los primeros minutos no tuvo demasiadas oportunidades para lucirse, aunque con el paso del tiempo su importancia iría creciendo. En el minuto 25 llegó su primera parada a un tiro al primer palo de Valdo. Sería, realmente, su única intervención meritoria hasta los últimos minutos de partido. Además, ejerció de motivador, como es habitual en él, y no paró de gritar y animar a sus compañeros en los peores momentos del partido.
A partir del minuto 80, con 1-1 en el marcador, el Valladolid pisó el acelerador y comenzó a bombardear el área valencianista. Tres ocasiones consecutivos en el minuto 85 pudieron haber puesto a los pucelanos por delante, pero ahí estaba Jaume.
A partir del minuto 80, con 1-1 en el marcador, el Valladolid pisó el acelerador y comenzó a bombardear el área valencianista. Tres ocasiones consecutivos en el minuto 85 pudieron haber puesto a los pucelanos por delante, concluyendo prácticamente el partido, pero ahí estaba Jaume para realizar sendas paradas de mérito y dar esperanza al Valencia CF en la victoria.
Unos paradones que fueron la antesala del gol de Kangin Lee, que cerró el partido y le dio los tres puntos al conjunto de Voro, que se pone a falta del resultado de la Real Sociedad a un punto de los puesto de Europa League y, en parte, gracias a las grandes paradas de Jaume Domènech en el encuentro.