El proyecto del Valencia CF muestra señales inequívocas de estar agotado y necesita una limpieza generalizada de arriba a abajo.
Con la afición a años luz de su presidente, Anil Murthy, y totalmente descreída con Peter Lim, la derrota en Butarque, además de dejar de nuevo el maquillaje de Europa League como un imposible, señala el fin del proyecto del actual Valencia CF. El equipo no está; no hay proyecto deportivo y, a dos jornadas del final, la temporada se puede dar por finiquitada. Las señales que indican que el club necesita un profundo cambio se ven sobre el césped, pero también en las redes sociales.
Por no renovación, como Garay; por lesión como Rodrigo o Gayà; y por saturación y cansancio otros como Dani Parejo; lo cierto es que la columna vertebral del equipo campeón de Copa ya no está.
Como ellos, el grueso de los jugadores no están al nivel futbolístico y mental que de ellos se espera. Tras el parón, prácticamente ninguno mejoró el rendimiento que tenían antes del confinamiento. Hasta su técnico lo reconoce: "El equipo no ha cumplido las expectativas y esas circunstancias dificultan el normal desarrollo de los jugadores. Jugadores que antes eran muy buenos no están teniendo un rendimiento normal por las circunstancias".
Voro, entrenador del Valencia CF: "Jugadores que antes eran muy buenos no están teniendo un rendimiento normal por las circunstancias".
Entre las apreturas económicas y las situaciones generadas entre el vestuario y el club, se prevé un verano con muchos movimientos y salidas.
Sin Marcelino, que tenía el equipo hecho a su imagen y semejanza, ni Mateu Alemany, el proyecto deportivo desapareció. Ni Celades, ni Voro han sabido llevar esa plantilla. El catalán tuvo más jornadas, pero es que el de L'Alcudia lo ha intentado todo en cuatro partidos y tampoco consigue sacar. En los despachos, César Sánchez fue efímero y como dirección de fútbol ha quedado por eliminación Anil Murthy, que no es un hombre de fútbol y no han conseguido reflotar la nave. Especialmente
Fuera del terreno de juego las señales son inequívocas dese hace meses. Primero fueron las manifestaciones a pie de calle; el gesto de Anil Murthy de mandar callar a Mestalla terminó por enfurecer a una hinchada que trasladó o mantuvo las protestas a las redes sociales dónde los hashtags: Anil vete ya, Lim vende ya o Lim go home son tónica habitual. La