Como todos los veranos, el Valencia CF afronta el mercado de fichajes con la necesidad de dar salida a muchos futbolistas para luego incorporar a otros que puedan reforzar el equipo. Este año, la intención del club de Mestalla es llevar a cabo una revolución que permita reducir el coste de plantilla y adecuarlo a las necesidades económicas del club y por otro lado, una regeneración deportiva ahora que se abre una nueva etapa con la llegada de Javi Gracia.
La voluntad del club choca de frente con la realidad. No es tan fácil dar salida a tantos futbolistas como pretende el club. La situación del mercado no favorece una salida masiva y aunque la intención del club es hacer una limpia en el vestuario, con la venta de pesos pesados incluida, comienza a asumir que esto no será tan fácil como parecía por mucho cartel que tengan los jugadores.
La gran mayoría de clubes están inmersos en una economía de guerra como consecuencia del recorte económico provocado por la crisis sanitaria del coronavirus. Además, el cierre de mercado que no llegará hasta los primeros días de octubre retrasará los tiempos de cualquier posible negociación.
El punto de partida ha sido la venta de Ferran Torres, que se oficializará en los próximos días. La situación con el de Foios había alcanzado un punto de no retorno y el Valencia tenía la obligación de vender. La cantidad definitiva del traspaso, caro o barato, ya es discutible.
Javi Gracia ya ha perfilado todas las necesidades deportivas que tiene su plantilla teniendo en cuenta la idea que lleva el club para con según qué jugadores. De lo que ocurra con ellos, algunos ejemplos son Parejo, Rodrigo, Coquelin..., dependerá los posibles refuerzos que ha pedido Javi Gracia si es que el navarro no puede reconducir una operación salida que tiene pinta de enquistarse.