El Valencia CF comenzó el duelo ante el Alavés de la peor forma posible y lo finalizó con el lamento de haber rozado una victoria que se resistió y se quedó en empate a dos. Todo parecía casi imposible, sobre todo después de las malas sensaciones de la primera mitad, sin embargo, el Valencia encontró el camino, en gran parte, gracias a la entrada de Manu Vallejo en el partido. El delantero de Chiclana fue toda una bocanada de aire fresco para el Valencia que le dio mucho más en todos los sentidos. Más fuerza, más velocidad, más claridad en el frente de ataque y más verticalidad, la que acostumbra a tener Vallejo, que saltó al terreno de juego con el gol en la cabeza. Así fue. Suyo fue el primer tanto valencianista que reforzaba el crecimiento del Valencia en el partido y daba alas para ir a por más.
Ya en el primer balón que tocó el gaditano, al primer toque superó a la defensa y habilitó a Gameiro para dejarlo en muy buena posición. Fue una declaración de intenciones pues la movilidad y el desparpajo de Vallejo entre líneas permitió al Valencia encerrar al Alavés en su área y a partir de ahí, los valencianistas pudieron empatar, incluso ganar pero el desacierto de Gameiro lo impidió.
Manu Vallejo es el jugador deLaLiga Santander que más goles ha marcado saliendo desde el banquillo. Ha firmado un total de tres dianas y las tres han sido como suplente y para revolucionar el partido. Ocurrió en Vitoria y también en la primera jornada en el derbi ante el Levante en el que el Valencia ganó y Vallejo firmó dos goles.
En la decena de partidos disputados hasta ahora, Vallejo tan sólo ha sido titular ante el Huesca. Antes Getafe y Real Madrid no jugó un solo minuto y en los otros 7 partidos, además del de este pasado domingo, salió desde el banco como revulsivo, rol claro que le ha conferido el técnico.