El Valencia CF encaraba ante el Granada una de sus muchas finales en los próximos días. Con los puestos de descenso respirando en la nuca del conjunto de Javi Gracia, la victoria era fundamental. Para conseguirla, el técnico navarro volvió al 4-4-2, supliendo la baja de Racic por Esquerdo y dándole la enésima oportunidad a Kevin Gameiro en detrimento de Maxi Gómez.
La baja de Gabriel Paulista, el mejor valuarte del Valencia CF en defensa, hizo que Diego Martínez ordenase a sus futbolistas enviar el balón al área contraria cuanto antes. Durante los primeros 15 minutos, a la mínima posibilidad se producía un centro, donde Luis Suárez y Roberto Soldado luchaban por una posibilidad de disparo. Sin embargo, el buen hacer de Diakhaby y Mangala en la defensa en estático trastocó los planes del técnico local, que cambió la táctica ligeramente.
Mientras tanto, el conjunto de Gracia esperaba una buena oportunidad para pillar a la contra al Granada. Es la táctica constante del Valencia durante la temporada y su mejor posibilidad de hacer daño. Ante el Granada no fue diferente, ya que en la primera parte tuvo hasta siete ocasiones para correr y estrenar el marcador. Sin embargo, Guedes, Jason y Gameiro en tres ocasiones no estuvieron acertados en los últimos metros. Sí lo estaría en el minuto 35, donde un gran centro de Cheryshev y remate del francés se convertiría en el 0-1.
El Valencia estaba cómodo. A pesar del dominio de balón del Granada, cada contraataque era una mina. Solo los fallos en la definición impidieron que el conjunto de Gracia llegase al descanso con una renta mayor. Cheryshev, en el 38, y Jason, en el 45, pudieron aumentar la ventaja, pero no pudieron concretar las oportunidades, y cuando se perdona, se paga. Kennedy, con ayuda de Gameiro, fue el que anotó en el último minuto, llegando al descanso con tablas en el marcador.
La segunda parte comenzó con el mismo plan por parte de los dos entrenadores. El Granada atacaba y enviaba balones al área mientras el Valencia CF esperaba su oportunidad en algún contraataque. Sin embargo, las ocasiones de los locales eran mucho más claras y el 2-1 se veía próximo tras los disparos de Luis Suárez y Foulquier, que no entraron de milagro. Mientras tanto, Gracia daba entrada a Vallejo por un Gameiro que se lo dejó todo.
Si el encuentro ya viraba hacia los locales, las expulsiones de Jason, por una patada sin balón, y de Guedes, por insultar al árbitro, obligaban al Valencia a defender el empate con uñas y dientes. Sin embargo, Duarte también abandonaría antes el partido por roja, lo que rompió el encuentro. Todavía era un 10 contra 9, pero la autoobligación de ganar del Granada abriría espacios en defensa para que el Valencia pudiese contraatacar.
No obstante, a pesar de varias jugadas de peligro con Vallejo de protagonista, fue el Granada el que aprovecharía para llevarse el partido con un gran cabezazo de Jorge Molina, hiriendo al Valencia de muerte y acabando con un 2020 para olvidar de los de Javi Gracia, que pudieron matar el partido en la primera parte y acabaron perdiéndolo.