El Valencia CF ha pasado en año y medio de levantar una Copa del Rey y lograr dos clasificaciones consecutivas a Champions League a luchar por no descender. Entre ambas realidades un cambio de gestión en Mestalla dirigido por Peter Lim y con Anil Murthy como cabeza visible. Las dos piezas fundamentales del anterior modelo, Mateu Alemany y Marcelino, fueron despedidas y Meriton optó por los "entrenadores funcionarios". Ahora, después de más de 500 días sin fichajes, con un técnico desilusionado y con el equipo bordeando el descenso, se cumple un año de que Murthy puntuara su gestión con un notable alto y definiera las bases del futuro: "Voy a jugar contra estos jugadores, van a crecer con nosotros porque no soy más que un funcionario. No soy la estrella aquí. Los jugadores son las estrellas. Estoy aquí para llevar a cabo las instrucciones del propietario como funcionario".
El Valencia CF de Meriton se ha convertido en un equipo que lucha por no descender y que prioriza un enfrentamiento en Liga contra el Elche respecto a una eliminatoria copera contra el Sevilla. Hace un año Murthy sentó las bases del nuevo proyecto, pese a que Gracia rechazó la etiqueta de funcionario cuando llegó al club.
Una de las carencias del Valencia CF ha sido la falta de estabilidad. A lo largo de la historia, buenas plantillas han caído por la vorágine de autodestrucción en la que se sumía el club. Con la llegada de Meriton, afirmaron que impondrían la estabilidad en la entidad. Una premisa que no casa con la confianza que Murthy mostró hacia sus técnicos: "Bueno, saben que la puerta está allá y que eres libre de irte. Les puedo garantizar que hay otros mil entrenadores haciendo cola para entrenar al Valencia. No es el problema. En este modelo de propiedad y sostenibilidad, sé lo que quiero. Si te conectas con lo que queremos, entonces puedes quedarte aquí para siempre, pero si comienzas a divergir de la política del club y del dueño, entonces, mi amigo, puedes ganar la Liga de Campeones y al día siguiente obtendrás despedido".
Hace un año Anil Murthy defendió que el nuevo proyecto del Valencia CF era el mejor posible y sacó pecho tras unos primeros meses convulsos: "Para los de fuera, todo iba bien, pero desde junio, los problemas comenzaron sobre ideas sobre dónde quería estar el club. Sentimos que el gerente y el CEO comenzaron a divergir. Entonces los dejamos ir. La gente decía acerca de nosotros: 'Estos tipos están locos, locos, ¿por qué están destruyendo el proyecto?'. Contratamos a Celades, con cero experiencia en Primera División. Somos goleados por Barcelona. El ambiente era extremadamente hostil hacia la gerencia y hacia mí en particular. Dijeron que estamos destruyendo su club. Pero el propietario tiene que proteger al club contra intereses a corto plazo". 365 días después, el nivel competitivo del club sigue decreciendo.
Las críticas a Javi Gracia cada vez son mayores en la ciudad por los malos resultados. Aun así, la afición se posicionó de su parte al considerar que el navarro había sido engañado en lo referido a fichajes. "No sé en qué sentido se dijo eso. El mayor de los respeto para los funcionarios, en concreto mis padres lo fueron, fueron maestros. Son importantísimos en nuestra sociedad. No soy un funcionario, soy un entrenador y vengo a hacer mi trabajo y me gustaría que el aficionado esté contento y el jugador rindiera a su nivel. Me preocupa la opinión no antes de que llegue, sino de la gente cuando te vas. Soy un entrenador y voy a intentar hacer mi trabajo y estar mucho tiempo aquí", dijo durante su presentación.
El navarro se esforzó en demostrar que no es el funcionario por el que Anil Murthy aboga para gestionar el club. Cuando fue engañado durante el mercado de verano, puso su cargo a disposición del club y cargó en varias ocasiones contra la gestión deportiva. Pese a ello, el navarro se mantiene en el puesto, con el Valencia CF peleando por no descender, apeados de la Copa del Rey, sin refuerzos invernales y sin ningún contacto con el máximo accionista, Peter Lim.