Veinte años antes de lo ocurrido con Diakhaby, Mestalla se convirtió en el epicentro de la lucha contra la intolerancia. Fue en febrero de 1992.
A raíz de todo lo sucedido con Diakhaby y la denuncia del Valencia CF contra Juan Cala, conviene recordar que hace veinte años el conjunto de Mestalla ya se puso a la cabeza de la lucha contra la xenofobia y el racismo gracias a Guus Hiddink. El entrenador holandés por aquel entonces, 9 de febrero de 1992, se negó a jugar un ,partido en Mestalla si no se retiraba de las gradas una bandera nazi, convirtiendo en Mestalla en el epicentro de la lucha contra el nazismo y la intolerancia Lo que hoy parece un gesto habitual, aunque nadie antes que el Valencia se había retirado de un campo de fútbol en LaLiga Santander, en aquel tiempo, a principios de la década de los 90 fue un auténtico hito deportivo y social.
Todo sucedió antes de comenzar el encuentro frente al Albacete. Nada más salir al campo la vio en uno de los fondos de Mestalla, a su izquierda, (Fondo Norte). Ese día, él, relata hizo que un empleado del club valenciano retirase de las gradas una bandera nazi, por considerar que incitaba a la violencia y bajo la amenaza de no iniciar el encuentro si no ocurría así.
Aquel gesto le granjeó una fama mundial, al técnico y al club recibió multitud de cartas de dirigentes políticos. Hiddink sabía lo que hacía. Su familia formó parte de la resistencia holandesa contra la ocupación Nazi en la Segunda Guerra Mundial. "Mi padre apoyaba a los pilotos derribados con sus amigos. Era peligroso" y prestó ayuda y refugio a las familias judías. "Nunca quería hablar de eso". En su tiempo fue un hito. Sirva como ejemplo que esa exhibición de banderas no estuvo prohibida como tal por ley hasta quince años más tarde, en 2007, cuando se aprobó la Ley contra el Racismo y la Xenofobia en el deporte.
"No he buscado publicidad. Solo he pedido quitar esta bandera. Nada más". Sin embargo, recuerda como "el Consejo (de Administración) me dijeron 'Eh no te metas en esos asuntos. Tú al fútbol, res mes (en valenciano)'. No, no, no estás equivocado señor presidente o quién sea. Me meto con los asuntos que nos tenemos que meter todos", relataba hace poco el holandés en Vamos.
Casi dos décadas después este tipo de símbolos y gestos racistas están prácticamente erradicados en las gradas, aunque hay varios precedentes, pero parece que no totalmente. El ejemplo, la denuncia contra Juan Cala por parte de Diakhaby que le acusa haberle llamado "negro e mierda", según refleja el acta del partido.
Ahora el club, ha cerrado filas en torno a su jugador y, desde el presidente Anil Murthy, pasando por todos los miembros de la plantilla, han mostrado su rechazo unánime al racismo, otra lacra que debería estar extinguida de la sociedad y, por supuesto, de los campos de fútbol.