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Bordalás, liderazgo incontestable para enderezar al Valencia

ElDesmarque

Si hay una cualidad que defina a José Bordalás esa no es otra que la del liderazgo extremo. Tal vez es justo lo que necesita el Valencia CF en estos momentos después de dos temporadas erráticas alejado de las posiciones importantes con finales intrascendentes en LaLiga Santander impropios de un club de su categoría. Hundido en la decimotercera posición este curso y en la novena el anterior, el club presidido por Anil Murthy y gobernado por Peter Lim necesitaba dar un giro. Para ello, a falta de confirmación oficial, ha apostado por un entrenador de método diario sudoroso y con un objetivo semanal impuesto por técnicos como Diego Simeone: el día a día y el partido a partido.

José Bordalás en Mestalla durante un Valencia-Getafe (Foto: David González)

Ese no es otro que José Bordalás, que consiguió acaparar focos en el Getafe después de más de dos décadas en los banquillos. Casi siempre con éxito, forjado en las categorías inferiores del fútbol español (Alicante, Benidorm, Eldense, Novelda, Hércules, Alcoyano, Elche o Alcorcón), dio su primer pelotazo en el Alavés, al que ascendió a Primera División en la temporada 2015/16.

Sin embargo, no tuvo la continuidad que tal vez mereció. Fue destituido del cargo antes de poder dar el salto a Primera División. Aún tendría que esperar un poco más para conseguirlo. Su sueño se cumpliría vía Getafe, que tuvo que destituir a Juan Eduardo Esnaider en el mes de septiembre de 2016 para hacer hueco al que ya ha sido el mejor técnico de la historia del club azulón. Cogió las riendas del equipo cuando caminaba en el alambre de la Segunda División y ocupaba puestos de descenso. Y el resto ya es historia.

Bordalás consiguió algo que parecía imposible. Subió a un equipo hundido tras ganar en las eliminatorias por el ascenso al Huesca y al Tenerife y, por fin, después de 24 años en los banquillos (comenzó en el Alicante en el curso 1993/94), tuvo la oportunidad de sentarse en uno de Primera División. Su exigencia, máxima con cada jugador, fue la clave de su éxito en los siguientes años del Getafe. No dio un respiro a ninguno y aquel que no cumpliera, no jugaba. Bordalás no se casó nunca con nadie. El banquillo o la grada del aquel que bajaba los brazos era su destino.

Pepe Bordalás en Granada (Foto: LaLiga)

Y, aunque cumpliera con la exigencia mínima, si no entraba en su esquema o en su idea, tampoco jugaba. Ni siquiera siendo un futbolista muy mediático. Lo hemos visto esta temporada con el japonés Takefusa Kubo, cedido por el Real Madrid que no encajaba en una táctica marcada por el equilibrio. Esa es la palabra con la que se podría definir el estilo futbolístico del Getafe a lo largo de las últimas cinco campañas. Bordalás, estos años, apostó más por la seguridad que por la creatividad. Y lo hizo en base a las plantillas de las que dispuso, con más jugadores de físico que de florituras.

Muchos de ellos se beneficiaron del técnico alicantino. Con él en el cargo, se revalorizaron. Nombres como Marc Cucurella, Jaime Mata, el togolés Djené Dakonam, el uruguayo Mauro Arambarri, el serbio Nemanja Maksimovic o David Soria pueden alcanzar las dos cifras en un traspaso. Todos han crecido bajo el abrigo de su entrenador. Pero Bordalás será mucho más para el Valencia. Será un defensor acérrimo de la institución y de sus jugadores. Si algo ha demostrado estos años en Primera División, es su carácter. Ha chocado con varios entrenadores, que en algún momento criticaron el estilo de su Getafe. Incluido Marcelino García Toral, con quien vivió varios capítulos de "enemistad" cuando dirigía al Valencia.

Valencia-Getafe (Foto: LaLiga)

Varios fueron los focos de tensión con el cuadro "ché" al que ahora dirigirá. Se remontan a la temporada 2018/19, con cuatro duelos, dos de Copa del Rey y dos de LaLiga Santander que hicieron saltar por los aires la relación de ambos y que acabó con un final bochornoso tras la conclusión de la vuelta de las semifinales de Copa. La victoria sobre la bocina del Valencia culminó con jugadores y técnicos enzarzados en una batalla campal.

Con ese carácter, se presentará Bordalás en el Valencia. Para bien o para mal, el club de Peter Lim tendrá a un hombre rocoso en el banquillo. Sus números en el Getafe no engañan: un ascenso, dos octavos puestos, un histórico quinto, una salvación esta temporada y unos meritorios octavos de final en la Europa League. Ahora, se enfrentará a un proyecto complicado, duro y con mucha más presión. Será una prueba de fuego para un hombre con un liderazgo incontestable.

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