Anil Murthy cumple 4 años como presidente: fractura con la afición y polémicas constantes

Anil Murthy cumple este primero de julio cuatro años en el cargo de presidente del Valencia CF. El máximo mandatario valencianista está de aniversario en un momento de muy baja popularidad después de todo lo ocurrido las últimas temporadas en el club de Mestalla. Desde que Anil Murthy es el presidente, el contraste que ha vivido la afición valencianista con su club, es notable, evidente, doloroso e incluso traumático. Desde que Murthy asumió la máxima responsabilidad, el equipo vivió una reconstrucción positiva que culminó con el regreso del Valencia CF a la gloria de los títulos con la Copa del Rey del Centenario, sin embargo, los despidos de Marcelino y Mateo Alemany fueron el punto de partida para un proceso totalmente contrario, de destrucción, que llevó al club a pasar de codearse con los grandes de Europa a luchar por su supervivencia en LaLiga Santander, en un contexto de economía de guerra y con un conflicto social constante con la hinchada valencianista, a la que tuvo la desfachatez de mandar callar en Mestalla.

Poco o nada queda de aquel diplomático que aterrizó en Valencia hace más de 4 años y que comenzó con un proceso de aprendizaje durante varios meses para conocer el club a fondo y estar en condiciones de asumir el cargo aquel 1 de julio de 2017 y relevar a Lay Hoon de sus funciones.

El 1 de julio de 2017, Anil Murthy se convirtió en el presidente del Valencia CF y en aquella temporada, se acogió a los preceptos del director general Mateo Alemany para reconstruir el proyecto valencianista. El dirigente balear fue el artífice de la llegada de Marcelino y por consiguiente, de un equipo que volvió a ser competitivo y regresó a la Champions.

En sus primeras temporadas como presidente, Murthy disfrutaba de los éxitos deportivos y centraba sus esfuerzos en otros quehaceres. Varios enfrentamientos con algunos estamentos de la hinchada valencianista abrieron una brecha que, con el paso del tiempo, comenzó a ser insalvable.

Siendo presidente, Murthy experimentó la gloria de los títulos con la Copa del Rey del Centenario. Disfrutó como el que más, algo que no pareció importarle en exceso cuando ejerció de cómplice de Peter Lim a la hora de cesar a Marcelino García Toral y posteriormente, a Mateo Alemany. Sin Alemany, asumió la gestión deportiva y aprovechó para incrementar su salario, al tiempo que hacía lo propio con la desafección con la masa social blanquinegra. A raíz de esta incomprensible decisión, la fractura con la afición fue tremenda, agravada por gestos innobles gestos como el de mandar callar a la grada de Mestalla.

Una relación irreconciliable que ha ido degenerando con el paso del tiempo, sobre todo, al observar cómo la gestión negligente de Murthy y compañía han empequeñecido el proyecto deportivo del Valencia CF.

Le tocó lidiar con la pandemia y los graves problemas económicos del club. Con ese pretexto, a día de hoy sigue intentando ganar tiempo para uno de los grandes problemas que tiene el club valencianista con el asunto de la ATE y del Nuevo Estadio, con formas y actos bochornosos como el de presentarse en una reunión ante el presidente Ximo Puig sin un sólo papel.

La afición valencianista asiste atónita al hecho de que es Murthy es el presidente más longevo en el cargo desde el venerado Arturo Tuzón y tan sólo encuentra consuelo en la idea de que a cada día que pasa, le queda un día menos en el Valencia CF.