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Los fichajes de invierno, una lotería caprichosa: aciertos y grandes decepciones

ElDesmarque

En mes y medio se avecina un nuevo mercado de fichajes de invierno para el Valencia CF y una vez más, dentro de las grandes limitaciones económicas, el club tratará de subsanar algunas de las carencias que presenta el equipo valencianista y que han quedado evidentes durante este tramo inicial de la temporada. Por supuesto, no será nada sencillo pues el propio mercado de fichajes entraña complicaciones añadidas por sus características propias. No es sencillo que los equipos dejen marchar a jugadores importantes y por ello, en muchos casos, los fichajes de invierno son una apuesta arriesgada por que no están contando con oportunidades en sus equipos y eso puede ser una arma de doble filo.

Así, ElDesmarque Valencia hace un repaso de los fichajes de invierno de los últimos años.

Un fichaje millonario y cesiones

El invierno más movido en la historia reciente del Valencia CF fue 2014. Con Araújo, Vezo, Keita, Vargas y Senderos. También llegó Otamendi, pero tuvo que marcharse cedido hasta final de año. Desde entonces, el club siempre ha acudido a su cita de enero con algunos fracasos y otros movimientos que mejoraron la situación. Un año después, en el primer mercado con Meriton como máximo accionista llegó un fichaje que la afición esperaba desde hacía meses. Enzo Pérez por 25 millones. Se bajó del avión y se puso a jugar, pero pese a su buena primera impresión no dio el nivel esperado y acabó marchándose por la puerta de atrás.

Enzo Pérez durante su presentación con el Valencia CF en enero de 2015.

Poco duró el romance entre Meriton y la afición. El siguiente año ya estuvo marcado por la inestabilidad deportiva y, con el equipo coqueteando con el descenso, la solución fue Cheryshev y Siqueira. Del lateral izquierdo poco se supo, pero el ruso, que llegó cedido del Real Madrid rindió a buen nivel siempre que sus lesiones se lo permitieron.

Un matrimonio de denostados

El guion de la siguiente temporada en el Valencia CF fue muy similar, pero con añadidos como la disputa entre el club y Prandelli. Otra vez se llegaba a invierno con el club mirando al pozo de Segunda y, aunque llegaron tarde y sin cumplir las aparentes promesas que se le realizaron al entrenador italiano, se realizaron fichajes. Fabián Orellana llegó para revolucionar el centro del campo che y su inicio fue mejor de lo que las expectativas marcaban. Asistía, marcaba y levantaba a la grada. Aun así, su rendimiento se desinfló con el paso de los días.

Zaza celebra la Champions en Mestalla. Uno de los mejores fichajes.

Ese mercado de fichajes tuvo un nombre propio: Simone Zaza. Un delantero que ya había tenido tiempo para apagarse en Italia y fracasar en Inglaterra. Un nueve que cotizaba a la baja, para un club venido a menos. Por actitud conectó al instante con Mestalla, sobre todo gracias a su gol contra el Real Madrid. El matrimonio de denostados funcionó y, hasta su marcha, fue uno de los protegidos de la afición. Se despidió entre aplausos y con la bufanda al cuello.

Los fichajes en tiempos de Marcelino

Los dos años de Marcelino en el Valencia CF fueron exitosos y los fichajes de Mateu Alemany funcionaron. Aun así, también tuvieron sombras. En su primer año el club incorporó como cuarto delantero a Luciano Vietto, pero no funcionó. Llegó como cedido y su coste para el club fue escaso. Quien sí funcionó fue Coquelin, uno de los mejores fichajes de los últimos años en invierno. Aterrizó sin generar una gran ilusión, acumulaba lesiones, había perdido su puesto en el Arsenal y no se confiaba en su adaptación a LaLiga. El traspaso fue un acierto, compitió el puesto con Kondogbia y enamoró a la grada.

Presentación conjunta de Rubén Sobrino y Facundo Roncaglia, fichajes del Valencia CF.

Un año después el club necesitó un central y trajo a Roncaglia. Uno de los peores centrales por rendimiento de esa temporada, pero que en manos de Marcelino se convirtió en un zaguero seguro en la rotación y que, aunque falló en Europa, dejó buenas sensaciones en LaLiga. Su nivel no fue suficiente como para que el Valencia CF se planteara ficharlo. Quizás la mayor sombra de la gestión de Mateu Alemany y Marcelino fue el fichaje de Rubén Sobrino, llegó como cuarto delantero, costó 5 millones de euros y apenas tuvo minutos y rendimiento hasta su salida este pasado verano.

Cutrone, Ferro y Oliva: casi inéditos y como arma arrojadiza de Javi Gracia

Los últimos fichajes de invierno con los que ha contado el Valencia llegaron la temporada pasada y después de varios meses en los que apenas tuvieron participación, se marcharon por la puerta de atrás.

Ferro y Cutrone entrenándose en Paterna

Ni Cutrone, ni Ferro ni Oliva aportaron mucho a un Valencia de mínimos. Su rendimiento no fue el esperado ni mucho menos pero tampoco tuvieron oportunidades. El técnico por aquel entonces, Javi Gracia, se encontraba en plena guerra con el club después de un mercado de verano sin una sola incorporación y pagó su frustración sin apenas contar con las tres incorporaciones que llegaron en enero.

Los tres se encuentran entre la nómina de claros fracasos en el mercado de invierno pero a fin de cuentas, lo que se evidenció fue el fracaso evidente del modo de funcionamiento del club valencianista.

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