Dicen que un buen arbitraje erradica en pasar totalmente desapercibido. En que el partido se desarrolle con un cauce natural, sin polémicas ni pitos contra el encargado de dirigir el partido. Y eso, justo eso, es lo que no ha sucedido hoy en el encuentro entre el Valencia CF y el Real Madrid. El equipo de la capital del Turia llegaba al estadio Santiago Bernabéu con la tremenda losa de no vencer desde el año 2008 en semejante escenario. La afición del murciélago todavía recuerda el gol de Arizmendi y el doblete de David Villa en un año que terminó con la consecución de la Copa del Rey. Jasper Cillessen debutaba en el feudo blanco y Bordalás nunca le había ganado al Real Madrid. Argumentos más que suficientes para asaltar un estadio tan complicado como el que se está reformando en Concha Espina. Pero el sueño valencianista acabó siendo pesadilla y el ambiente, junto a Hernández Hernández, fueron protagonistas en una fría noche de fútbol.
La afición blanca respondió con creces pese a las bajas temperaturas y a las restricciones de aforo de LaLiga. Y lo primero que hizo a falta de pocos instantes para que arrancase el encuentro fue cargar contra el colegiado de la noche de hoy. A lo largo de la semana empezaron a llegar las primeras quejas por la decisión que había tomado la RFEF respecto a la designación arbitral. Hernández Hernández no gusta entre la hinchada madridista desde que, según ellos, les arrebatase dos penaltis en un clásico frente al FC Barcelona. Tanto es así, que al mencionar su nombre por megafonía, el estadio no dudó en silbar con fuerza mostrando su desconformidad. Para cada futbolista blanquinegro, más de lo mismo.
Se presentaba una noche fría en el Santiago Bernabéu y el Valencia lo vivió en sus carnes. Siete grados en el feudo blanco aunque la sensación térmica reflejaba solo tres. Precisamente en el séptimo minuto, la grada de animación del Real Madrid aprovechó para reivindicar al que, para ellos, es el mejor dorsal número siete español de la historia. Al grito de "illa, illa, illa, Juanito maravilla" los aficionados merengues estuvieron poco más de 30 segundos intentando que el resto del estadio se cogiese. No obstante, esto no sucedió.
En el minuto 13, el colegiado señaló falta a favor del Valencia CF pero le perdonó la cartulina roja a Casemiro. Los futbolistas visitantes no la reclamaron con demasiado énfasis pero en la repetición pareció algo más que cartulina amarilla, lo cuál hubiese sido más que trascendental para el resultado final. Sobre el minuto 17, el público empezó a apretar al conjunto visitante. Cillessen se demoraba en efectuar los saques de portería y la afición no perdonaba. Pitada estruendosa para el guardameta de los Países Bajos que empezaba a conocer la sensación de jugar en el Bernabéu.
A pesar de todo esto, la presión de los espectadores presentes no causó efecto y la primera cartulina del partido fue para Militao en un empujón tardío sobre Gayà. Un minuto después, la olla terminó de estallar. Wass cortaba una contra comandada por Kroos que solo terminó en falta. Las gradas se pusieron en pie y la pitada no pudo ser más grande. El público ya no lo iba a perdonar.
A partir de este momento, cada decisión arbitral en contra del Real Madrid iba a ser automáticamente protestada en contra de un Hernández Hernández, que no perdió la compostura en ningún momento. Antes de llegar al descanso, el Bernabéu empezó a ponerse nervioso y los pitos sobre el guardameta del Valencia fueron en aumento al compás de los segundos que transcurrían en cada saque de meta.
Pero al filo del descanso el colegiado volvió a ser protagonista por una acción que terminó perjudicando y mucho al conjunto de Bordalás. Casemiro cayó dentro del área valencianista tras el contacto con Alderete y Hernández Hernández no dudó: pena máxima sin discusión. Los jugadores del murciélago no daban crédito y la repetición dejaba dudas, pero la decisión era inamovible y el trencilla iba a favorecer al equipo local con lo pitado. La presión del Bernabéu en los primeros 40 minutos no fue en vano. El Valencia CF se marchó al descanso cabizbajo y con la sensación de que el resultado no era justo, pero como dijo Koeman, "esto es lo que hay."
Tras el paso por vestuarios, el ambiente fue bastante menos hostil para el árbitro canario. La primera cartulina del segundo acto fue para un futbolista del Valencia CF y eso sentó muy bien en la parroquia blanca. Esto sumado, al segundo tanto del Madrid, generó una sensación de tranquilidad enorme. De hecho, en el 55' se señaló una falta peligrosa a favor del conjunto visitante cerca del área de Thibaut Courtois. Tan grande fue el respiro de la hinchada madridista que apenas se protestó la decisión, al contrario que todas las anteriores del partido.
El Valencia CF salió herido y mermado por la decisión arbitral del primer tiempo. La sensación fue de inferioridad ante el club de Concha Espina. A pesar de ello, los soldados de Bordalás no cesaron en su intento con algunas aproximaciones sobre la portería blanca. Una de ellas, la que acabó en penalti favorable a los visitantes. Se protestó poco la decisión puesto que se entendió rápido que el agarrón de Mendy era punible. Sin embargo, la decisión reavivó un poco la llama del público que aprovechó los últimos 10 minutos para volver a protestar cada acción de Hernández Hernández. Al final, de forma un tanto irónica, se ovacionó la tarjeta amarilla a Cheryshev para completar un círculo que quién sabe cuando se volverá a abrir.