El Valencia CF empató ante el Cádiz CF en el partido correspondiente a la jornada 30 de LaLiga Santander disputado en Mestalla tras el parón de selecciones.. Fue un partido soso en el que los de Mestalla fueron incapaces de doblegar a un Cádiz con más oficio y más faltas que supieron mantener un empate que a ellos sí les hacía papel y que a los valencianistas les deja lejísimos de Europa.
De inicio Bordalás apostó por un once titular de gala en el que sólo reservó a Gayà y en el que mantuvo el 1-5-3-2 que tan buenos resultados le está dando en las últimas semanas. Volvieron al once Gabriel y Thierry con un aparatoso vendaje. El choque en la fría tarde valenciano empezó trabado, con opciones para ambos equipos y un mismo protagonista: Omar Alderete. El central despejó en su área todo el peligro que le llegó y protagonizó en el 7' el primer disparo a puerta -lejano- del Valencia.
El Valencia estaba replegado y esperaba a salir a la contra para hacer daño a su rival, un viejo conocido que fuera de Cádiz juega mejor que en su estadio. Sin embargo, le faltó en este primer cuarto de hora el acierto en el último pase o en el remate. Maxi Gómez, Guedes, Bryan Gil y Soler intercalaron buenas conducciones con pésimas definiciones.
El Cádiz se empleaba a fondo a la hora de cortar el juego y tampoco desdeñaba en probar a un Mamardashvili que sigue enterrando debates y que ya había intervenido dos veces a estas alturas de partido. En el área contraria la ocasión más clara llegó en el 35 cuando Maxi Gómez estrelló en el larguero un buen centro de Guedes. La respuesta fue un gran remate de Negredo, también de cabeza, que permitió que Mamardashvili volara haciendo un auténtico paradón. Cualquiera de los dos equipos podía haber desnivelado la balanza a su favor, pero ambos conjuntos se marcharon con el marcador inicial a los vestuarios.
Tras el tiempo de descanso, el Cádiz empezó mejor, casi como en la primera mitad pero a este Valencia no le pesa sentirse dominado. Es más, le cuesta muchísimo más cuando le toca proponer y crear. Otra cosa es corriendo y saliendo a la contra. Así las cosas fluyen más y, si el lanzador es Carlos Soler, el peligro está garantizado. De las botas del internacional nació la contra que permitió de nuevo a Maxi Gómez poner en apuros a Ledesma, que tuvo que detener el balón en dos tiempos.
El partido había entrado en una fase en la que pasaba poco y el Cádiz sacó a Sobrino (aplaudido) y Bordalás a Moriba y Hugo Duro para darle otro aire al choque. Quedaban 23 minutos y el empate no servía absolutamente de nada a los de Mestalla en su lucha a la desesperada por engancharse a Europa. Bryan Gil lo intentaba sin éxito, entre otras cosas porque cada vez que conducía acaba cazado ante la aquiescencia de Díaz de Mera. El gaditano terminó cojeando, ayudado para andar tras la enésima entrada y sustituido por Cheryshev.
El Cádiz contemporizaba, el Valencia quería algo más, pero era a base de empuje y garra más que de clase y así las ocasiones claras brillaban por su ausencia. Hugo Duro la colgaba, Guedes la peleaba, pero nada. El público se impacientaba y Bordalás en el 85 se la jugó sacando a Gayà y Hélder Costa por Jesús Vázquez y Guillamón en pos de un gol que le diera la victoria y cambió el sistema.
El Valencia empujó, pero se precipitó en sus decisiones y fue incapaz de mover el electrónico confirmando un doloroso resbalón en Mestalla.