De esto se queja el Valencia CF antes de la final: penaltis, manos, arbitraje, VAR...

Munuera Montero y Melero López. Los dos colegiados han sido los protagonistas en los últimos partidos del Valencia CF debido a su arbitraje irregular.

El Valencia CF no está teniendo fortuna con el colectivo arbitral. Si durante toda la temporada ha habido jugadas polémicas que han perjudicado al conjunto che, estas dos últimas jornadas han puesto de manifiesto que la entidad valencianista tiene motivos de sobra para clamar al cielo por el trato arbitral. Pese a que el juego de los pupilos de Bordalás tampoco invita al optimismo, ni muchos menos es justificable que los colegiados, tanto los de campo como los de la sala de VOR, no sean capaces de arbitrar de forma equitativa para ambos conjuntos. Si el pasado sábado fue Melero López, con la ayuda de Medié Jiménez, el protagonista del choque frente al Osasuna, anoche Munuera Montero y González González no iban a ser menos.

Contra Osasuna, penaltis y expulsiones no pitadas: arbitraje en entredicho

El pasado sábado en Mestalla la afición che fue testigo de uno de los peores arbitrajes de LaLiga. Justo antes del descanso, Melero López y Medié Jiménez no apreciaron un penalti claro sobre Bryan Gil de Torró, que casualmente hubiese significado la segunda amarilla y, por ende, su expulsión del partido. No conformes con esa decisión, en la última jugada antes de partir hacia el túnel de vestuarios, el propio Torró realizó una entrada temeraria el tobillo de Ilaix Moriba, que ni siquiera fue señalada como falta. De hecho, el Osasuna recuperó el balón y Melero López dio la ley de la ventaja. Surrealismo en estado puro. 

Sin embargo, lo peor todavía estaba por llegar. El colegiado no dudó ni un segundo en señalar pena máxima por mano de Foulquier. Pese a que la mano fue evidente, llamó la atención las pocas dudas que tuvo a la hora de pitar el penalti, pero mucho más extravagante fue su reacción cuando se le señalizó desde la sala VOR un posible penalti sobre Guedes. Andando y sin prisa, el árbitro acudió a ver la repetición sin ningún tipo de reparo en perder unos segundos de partido.

Entre medias, tuvo tiempo de anular un gol al Valencia CF por una falta inexistente de Diakhaby sobre Sergio Herrera en un salto... casi en la frontal del área. Al finalizar el encuentro, el capitán del conjunto che José Luis Gayà no pudo evitar la crítica, y fue muy claro respecto al arbitraje vivido en Mestalla: "Es lo de siempre. El árbitro, al descanso, nos ha dicho que si hubiera pitado el penalti sobre Bryan lo hubieran quitado desde el VAR porque no había contacto. Tampoco podemos decir nada porque te sacan amarilla como a mi al final del partido. Hacen lo que quieren".

"Es lo de siempre. El árbitro, al descanso, nos ha dicho que si hubiera pitado el penalti sobre Bryan lo hubieran quitado desde el VAR porque no había contacto. Tampoco podemos decir nada porque te sacan amarilla como a mi al final del partido. Hacen lo que quieren", José Luis Gayà.

Contra el Villarreal, más de lo mismo: penalti olvidado y otra expulsión perdonada

Si lo del pasado sábado fue flagrante, no se iba a quedar atrás lo del martes frente al Villarreal. Con un Valencia CF pensando demasiado en la Copa del Rey, el submarino amarillo aprovechó la pasividad defensiva y el pobre planteamiento del técnico alicantino para pasar por encima de los visitantes pero, una vez más, necesitaron la ayuda arbitral para finiquitar el partido. Respecto al penalti pitado a Eray Cömert por una mano de espaldas, difícilmente se puede rebatir algo. No obstante, y lamentablemente para el aficionado al fútbol, estas jugadas se arbitran solo a veces. De hecho, unos minutos después no se sancionó una mano igual en el Villamarín.

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Más allá de esa jugada controvertida, Munuera Montero, ya conocido en Mestalla por su arbitraje lamentable en la ida de las semifinales, no quiso pitar un penalti claro de Dani Parejo, que llegó tarde, sobre Ilaix Moriba que pudo haber cambiado el signo del partido. No conforme con ello, el colegiado tampoco vio una roja clara en una entrada de Trigueros sobre Cheryshev.