El Valencia CF cerraba una temporada con sabor agridulce en casa en el intrascendente partido ante el Celta de Vigo de LaLiga Santander. El fin de una temporada en un partido marcado por la manifestación organizada por varias plataformas valencianistas contra la gestión de Meriton y Peter Lim. Mientras, sobre el césped, algunos jugadores como Cheryshev cumplían una etapa vistiendo los colores del Valencia y decían adiós en un Mestalla diferente al de las grandes noches.
La afición ha demostrado, y también lo hizo ante el Celta, su respaldo a los jugadores y al cuerpo técnico. Y aunque muchos de ellos no soñarían con un posible último partido tan enrarecido, saben que ellos no son los señalados y recibieron en el día de ayer con pequeñas dosis el cariño de los valencianistas.
La salida de Cheryshev es ya una realidad. El ruso jugó ayer su último partido con el Valencia CF, y se despide con honores pero sin tener el foco. Una muestra de lo que ha sido durante su estancia en Mestalla: profesionalidad y trabajo para que brillen los demás y sin excesivo protagonismo.
Aunque todavía se desconoce su destino, Bordalás concedió 45 minutos para que Cheryshev disfrutara de sus últimas carreras como valencianista. El tramo final del periplo del extremo en la capital del Turia ha sido elegante: él entendió como nadie su rol secundario en el equipo, y desde la experiencia que le concede ser el más veterano de la plantilla, contribuyó a la unión del vestuario.
Maxi Gómez vio portería por segundo partido consecutivo, y completó además una notable actuación. El charrúa ha encontrado la racha del gol en la recta final de la temporada, cuando el Valencia ya no tenía al alcance las plazas europeas. Si este fue su último partido con el conjunto che, se despidió haciendo aquello por lo que le firmaron: goles. Aun así, sus gestos -celebró con respeto por su pasado en el rival pero dedicando el gol a su pequeña- no eran los de una despedida, así que en cuanto al tema Maxi el verano será largo.
Gonçalo Guedes está viviendo un insólito final de temporada. El Valencia está haciendo malabares para no desembolsar al Paris Saint-Germain más dinero por el fichaje de Guedes y el portugués no puede disputar más de 45 minutos en estos últimos partidos. Así lo acepta el luso, que cumplió la cláusula y salió con el 2-0 definitivo en el marcador. Como en el caso de Maxi Gómez, no era el día para hacer ver que podría ser su último baile.
Tal vez porque el foco estaba fuera, la presencia de Carlos Soler en Mestalla en la semana en la que se reunieron Valencia y Barcelona pasó ciertamente desapercibida. Al '10' se le vio feliz -el más sonriente en su llegada en autobús-, cedió el protagonismo a Cheryshev, y se le vio especialmente cómplice con José Luis Gayà. Por parte del valenciano, el 'Caso Soler' no tenía cabida en una tarde en la que el valencianismo tomaba la palabra.
Los cedidos que llegaron en enero han dejado muy buenas sensaciones en Mestalla. Tanto Moriba como Bryan Gil -fueron titulares y disputaron 90 y 45 minutos, respectivamente- cayeron de pie, y aunque con altibajos, han entendido la exigencia de un club como el Valencia. Si hay una segunda entrega del guineano y el de Barbate en la siguiente temporada dependerá en gran medida de la decisión de sus equipos de origen. No ocurre lo mismo con Helder Costa, que se quedó sin disputar ningún minuto.
Al igual que el angoleño, Cillessen tampoco se vistió de corto en el partido ante el Celta. Bordalás decidió dar el último partido de la temporada a Jaume Domènech, y ello conllevó que el neerlandés se quedara sin despedirse de Mestalla a las puertas del segundo mercado en la que su salida es una opción más que real.
Mestalla aplaudió cada uno de los nombres sustituidos por Bordalás en el cierre de temporada y se quedó para homenajear al equipo en la vuelta de honor. En ese gesto, estuvo la oportunidad para muchos aficionados para ver de cerca a sus ídolos quizás vestidos por última vez con la elástica blanquinegra.