Un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia con inteligencia artificial afirma que es mejor salir jugando en corto desde atrás ante los equipos con presión alta, tal y como practica el Valencia CF de Gattuso, todo y que esté basado en el análisis de partidos del Levante.
La investigación, realizada por Roberto Pons en el marco del convenio de colaboración entre la UPV y el Levante UD, analiza los datos del conjunto granota durante la temporada 20-21, en la que finalizó 14º en LaLiga Santander “ Por el contrario, contra los equipos más técnicos, los resultados dicen que lo ideal es iniciar con balones largos. Con una presión menos agresiva, roban más en tu campo, generando más peligro para tu portería”, afirma Pons
Un estudio sobre fútbol e inteligencia artificial realizado por Roberto Pons Anaya, titulado por el Máster de Investigación Matemática (INVESTMAT) de la Universitat Politècnica de València (UPV), afirma que, a la hora de iniciar el juego desde un saque de meta, es mejor salir jugando en corto ante los equipos con presión alta y, por el contrario, se recomienda comenzar con desplazamientos largos ante equipos ‘menos agresivos’, es decir, con la línea de presión más baja.
La investigación, realizada a partir de los datos de eventing – goles, recuperaciones, faltas, etc.- de los partidos del Levante Unión Deportiva durante la temporada 2020-2021 -que el conjunto granota finalizó en 14ª posición en Primera División- forma parte del trabajo final de máster (TFM) de Pons, y se enmarca en el convenio de colaboración suscrito por la UPV y el Levante UD. Sin embargo, en la actualidad deportiva de la ciudad, viene para refrendar el estilo combinativo del Valencia de Gattuso, que jornada tras jornada demuestra ser uno de los equipos con más posesión de la Liga.
Fruto de ello, el Valencia CF, seis meses y medio después, volvió a vencer fuera de casa en un choque de alto voltaje ante el CA Osasuna, correspondiente a la jornada 8 de LaLiga Santander, y sumó tres puntos de oro para escalar posiciones en la tabla clasificatoria. Durmió en Europa las noches de viernes y sábado y acaba la jornada en la séptima posición. No es algo usual en las últimas temporadas. De hecho, el conjunto blanquinegro no terminaba la jornada 8 en la séptima plaza (o mejor) desde la temporada 2017/18, hace cinco años. En aquel momento, el equipo se situaba en la segunda posición con 18 puntos.
“Inicialmente”, explica Pons, “utilizamos las técnicas de inteligencia artificial para establecer los diferentes tipos de rivales según sus características defensivas. A partir de ello, delimitamos tres grupos, uno de equipos más agresivos -con una presión más alta-, otro que denominamos de equipos más técnicos -más baja-, y un tercer bloque de equipos que calificamos de neutros”.
“Una vez analizados los datos”, prosigue el titulado UPV, “los resultados finales concluyeron que había un mayor porcentaje de éxito sacando el balón en corto, y por las bandas, cuando te enfrentabas a equipos más agresivos que cuando lo hacías ante conjuntos más técnicos. De hecho, contra los técnicos, lo ideal era salir con balones largos”.
“Los equipos agresivos” explica Pons, “habitualmente, dejan más espacios atrás, por lo que superar una primera línea de presión ya permite tener superioridad en el juego, y en más de la mitad de las salidas superadas con éxito, había opción de llegar al área rival con peligro. Además, si no se superaba, en muchos casos era porque te hacían falta, lo que te daba la posibilidad de reestructurar al equipo”.
“Por el contrario”, añade, “los equipos más técnicos, con una presión menos adelantada, roban más balones en tu propio campo, lo que te genera peligro de gol en contra. Para evitar esa posibilidad, los datos nos dirigían a salir con balones largos y, en caso de pérdida, tener al equipo defensivamente más ordenado”.
El origen de la investigación, como indica José Manuel Calabuig, director del Instituto Universitario de Matemática Pura y Aplicada (IUMPA) de la UPV, “es el convenio de colaboración firmado hace años por el Levante UD y la UPV para llevar a cabo investigaciones con inteligencia artificial utilizando datos facilitados y preguntas realizadas por el propio club”.
“En esa línea”, señala Calabuig, “tenemos en marcha dos tesis doctorales, la inicial de César Catalán, que utiliza datos de tracking -descripción de la situación de los jugadores en el campo en 25 frames por segundo-, y la de Roger Arnau, que va a utilizar seguramente datos de eventing; y además de eso, tenemos dos TFM, uno de ellos, el que acaba de terminar Roberto”.
A nivel de aplicación práctica, en cualquier caso, “estamos al principio”, afirma el director del IUMPA-UPV, “porque, como pasa en otros muchos ámbitos, sí hay muchos datos y los equipos de fútbol son conscientes de lo que tienen, pero carecen de la capacidad técnica para gestionar tal capacidad de datos. Ahí es donde las universidades tenemos cosas que aportar. Al final, los datos tienen una gran importancia, y el objetivo es sacarles un valor que te permita mejorar estratégicamente”.
En la misma línea se expresa Roberto Pons, que reconoce que, aunque le gustaría “darle continuidad al proyecto, la financiación que tiene este campo no es la que nos gustaría. Los equipos españoles no están invirtiendo tanto en ciencia de datos como, por ejemplo, los de la Premier League inglesa. Aún así, espero que en 2-3 años los equipos se den cuenta de la necesidad y las ventajas de disponer de un equipo técnico de análisis de datos y se produzca un boom en el sector”.