José Gayà, capitán del Valencia CF que había sido convocado con España para el Mundial de forma totalmente merecida, abandonó este viernes la concentración de la selección tras la decisión de Luis Enrique fruto de su lesión. Ahora, Ricardo Arias sale al paso en su defensa y no duda en afirmar que "no entiendo la decisión tan rápida, tan repentina y tan decidida para mandarlo tan rápido para casa".
"Las normas están instauradas así y la FIFA tendrá que dar su ok, pero el que manda de ese grupo y el que imparte las órdenes es el seleccionador y habrá que escuchar a José cuando llegue para que nos diga cómo está y cómo se encuentra porque todos hemos jugado más de un partido con un esguince leve", explica el embajador del Valencia CF en VCF Media. Además, le duele todavía más la situación porque la lesión de Gayà era leve: "Es una decisión prematura y arriesgada. Si se estaba hablando de que era un esguince leve, a todos nos extraña mucho esta decisión repentina y tan extraña de mandarlo para casa".
Apuntilla sobre la lesión que "ellos se basan en los informes médicos que son los oficiales, pero olvidamos una parte muy importante que es la opinión del jugador. Porque es el seleccionador el que tiene que preguntarle '¿cómo te encuentras? ¿estás para dentro de cuatro o cinco días?' Hay muchos jugadores que se infiltran. Pero no me quiero arriesgar, no podemos poner en tesitura a Gayá para saber de su boca si estaba para venirse o estaba para quedarse".
Ricardo Arias comparó además la situación de Gayà con la de Ansu Fati: "Si empezamos a hacer comparaciones, por ejemplo, Ansu Fati ha disputado en el último año, solo dos partidos y se lo lleva sin ninguna duda".
No obstante, apuntilla, "lo de hablar de otros casos, de otros jugadores creo que no es justo, lo que hay que hacer ahora es centrarse en la persona y en el jugador que es Gayá y, por supuesto, apoyarle y estar a su lado. Estará pasando un momento horrible. Tenemos que defender por encima a José, apoyarlo, estar a su lado. Y nada más". Y es que Arias segura que "una de las ilusiones por las que uno se convierte en jugador de fútbol es para jugar en el equipo de su corazón, que lo ha conseguido, después meter la cabeza en la selección. Y esta se ve que se le están levantando parapetos y muros para que no pueda disfrutar de este acontecimiento. Me queda una gran duda que es saber de su boca saber si realmente él estaba para venirse o no estaba para venirse".