Cristiano Piccini se fue pero su corazón se quedó en Valencia CF. El italiano se ha declarado como un valencianista más en innumerables ocasiones aunque ahora defienda los colores del Magdeburg de la segunda división alemana. Cristiano, que llegó en medio de la protesta, se cruzó con numerosos aficionados que le pedían que no entrara, ya que la protesta estaba convocada hasta las 21:19. En primera instancia, se sucedieron los cánticos de "Piccini, Piccini" ante la sorpresa de muchos aficionados, que no se lo creían. Conforme se fue corriendo la voz y vieron que era real, le cantaron "Piccini, quédate fuera" para que no entrara a Mestalla y apoyara a la afición en la protesta,
Tras coger las entradas que tenía reservadas, el italiano se paró a hablar con unos aficionados que le dijeron: "Quédate a apoyar a la afición. Vamos a bajar a Segunda. Él no se lo pensó dos veces: "No vamos a bajar, confía". A continuación, entró a Mestalla.
Cristiano Piccini, pese a lo que podría parecer por su calvario que le provocó un escaso rendimiento deportivo en los últimos dos años, no se fue por la puerta de atrás. Antes de irse, dejó un último mensaje de amor incondicional: "El unico escudo que he besado en toda mi carrera. Gracias por tanto Valencia CF y perdón por tan poco".
Entre los más de 3000 mensajes de despedida de los aficionados, el más recurrente: "Uno di noi". Desde luego, se va con el cariño del valencianismo en el bolsillo. Un murciélago más que vuela lejos y que acorta la lista de los jugadores que quedan de aquella Copa del Rey del Centenario pero que nunca terminó de irse del todo.