Tras el escandaloso artbitraje de Del Cerro Grande ante el Sevilla, que se tragó una falta sobre Yunus en el 0-1 y no señaló un penalti claro por manos de Fernando, el Valencia, antepenúltimo clasificado de la Liga, camina entre el temor a un descenso que cada semana se acerca más, al estar a cuatro puntos de la permanencia por tener el golaveraje perdido ante el Almería, y la esperanza de que cuatro victorias en un calendario con varios choques ante rivales directos puedan salvar al equipo de la mano de Mestalla.
Mientras la afición valencianista sigue indignada con la actuación arbitral en el choque ante el Sevilla, el conjunto que dirige Rubén Baraja se enfoca ya en el agónico partido que el domingo le enfrentará en el Martínez Valero ante el Elche, colista de la Primera División con apenas 13 puntos y con cuatro derrotas consecutivas.
No obstante, el balance de los de Mestalla como visitantes no invita al optimismo. La última -y única- ocasión en la presente temporada en que el Valencia ganó fuera de casa en Liga, Messi aún no había ganado el Mundial con Argentina y el rival de los valencianistas, el Osasuna, acabó el encuentro con nueve y falló un penalti -también el Valencia- en un encuentro que terminó 1-2.
Pese a todo, el hincha sólo puede cogerse a ese clavo ardiendo antes de seguir con el Tourmalet de rivales directos, pues, tras el Elche, el Valencia recibe al Valladolid en un duelo clave para las aspiraciones de ambos conjuntos y viaja a Cádiz para terminar una racha de cinco encuentros ante equipos que pugnan por la permanencia y que por ahora no ha tenido premio para el Valencia.
No ganar en el Martínez Valero terminaría por hundir más al equipo que no ha logrado mantener la chispa con la que Rubén Baraja entró en el vestuario, al conseguir dos victorias en sus dos primeros partidos en Mestalla.
Y es que el Valencia suma ya 16 derrotas en el curso liguero, apenas dos menos que el curso con más partidos perdidos en la historia del club, lo que aboca a una situación de emergencia, agravada, a juicio de la afición y del propio club, como manifestó el director corporativo del club, Javier Solís, que cargó con suma dureza contra el colectivo arbitral.
Cuatro victorias en un calendario con varios choques ante rivales directos pueden salvar al equipo de la mano de Mestalla.
Las quejas son por acciones como la del primer gol del Sevilla, el penalti no pitado por una mano que Del Cerro Grande no señaló pese a ser requerido por el VAR o el posible penalti a Fran Pérez en el Camp Nou, situaciones que terminan de hundir a un pobre Valencia, al que ni los jugadores, ni el club, ni la grada logra reanimar.
Sin fichajes de invierno en un momento en el que la situación ya era difícil; con dos cambios de entrenador, al pasar desde septiembre Gennaro Gattuso, Voro González y Rubén Baraja por el banquillo y con una plantilla muy joven y sin experiencia en estas lides, el partido del Elche puede decantar la balanza hacia el temor o la esperanza.
Lo hará sin el lesionado Justin Kluivert,, que se había convertido en el gran baluarte ofensivo del equipo, y con la duda de Nico González, la pieza en el medio que ha buscado Baraja desde su llegada para lograr el equilibrio defensa-ataque: para ello, ha probado a Guillamón y Moriba e incluso sacó en los últimos minutos ante el Sevilla al canterano Javi Guerra.
Con nueve jornadas por delante, cuatro de ellas en Mestalla, quizá el Valencia debiera jugar como aquel que ya no tiene nada que perder y dejar de estar cohibido en el campo, pero la inexperiencia y la poca contundencia en las dos áreas dejan a las claras el temor con el que convive la plantilla, diseñada en septiembre para jugar al toque y no a sufrir en cada encuentro.
Una victoria en Elche podría ayudar a cambiar una dinámica y, por qué no, en pensar en conseguir dos victorias seguidas en Liga, un hecho que el Valencia aún no ha conseguido esta temporada, que ha vuelto a evidenciar las carencias de gestión de Peter Lim como máximo accionista de la entidad a través de Meriton Holdings.
Sólo esas dos victorias ayudarían a volver a una lucha por la permanencia de la que cada vez se van descolgando más equipos, los tres últimos, el Sevilla, el Girona y el Mallorca con sendas victorias.