Conocido el once del Valencia CF en la final ante el RC Celta de Vigo, sólo quedaba discernir cómo se repartían las posiciones los jugadores de ataque. Rubén Baraja apostó por Diego López en derecha, Lino en izquierda y Justin Kluivert, directo al césped ante las dudas con Hugo Duro, como lanza de ataque. Siete minutos tardó el neerlandés a pase del canterano en poner por delante al equipo visitante en el Abanca-Balaídos. Sufrimiento de por medio, la juventud hizo el resto.
Sistema y jugadores, con la salvedad de las bajas de Thierry y Cavani por sanción, recordaban al plan del Villarreal CF. En Mestalla fue dominado, pero el equipo jugó con la lección aprendida y supo imponerse en los primeros minutos de juego en Vigo. Perdonó al comienzo de la segunda parte y lo resolvió desde el banquillo. Baraja fue atrevido al mantener a Javi Guerra o Diego López y alineó el que parece ser su once tipo de aquí a lo que resta de temporada.
Con permiso de Justin Kluivert, la victoria en Vigo lleva el nombre de Alberto Marí. Antes, otro canterano, un día después de celebrar su aniversario, tuvo la primera titularidad con el primer equipo. Sus actuaciones lo merecían, la debilidad del Celta sin Javi Galán estaba por la banda que defendía Cervi y Diego López explotó esa vía.
El neerlandés, en un remate de '9', aprovechó un centro del asturiano, que fue un puñal por banda derecha. La apuesta por los futbolistas del filial viene del cuerpo técnico y los jóvenes tuvieron su impacto en Balaídos.
Porque si el gol de Javi Guerra devolvió la confianza en la permanencia, el de Alberto Marí la acerca todavía más. La sustitución del alicantino a la par que la de Duro, que añadió los dos nueves de la expedición al mismo tiempo, sirvió para ganar a la vieja usanza. Centro, remate y cabezazo. Baraja ratificó así que funcionaron los cambios, aunque la ausencia de Nico había empeorado al equipo.
Tras el gol de Seferovic, Yunus sustituyó a un fatigado Diego López y Lato hizo lo propio con Lino. A priori dos cambios no ofensivos en una oportunidad sin igual para abrir brecha respecto al descenso. El gol del suizo, de nuevo en un saque de esquina, hizo que el Celta apretara.
En este sentido, el partido se abrió y pudo caer de los dos lados. El Valencia esperó su momento y Alberto Marí gritó el gol que ya pudo valer una victoria ante el Villarreal. Por alto, con uno menos y sin la altura de Paulista, los casi 200 valencianistas acabaron empujando por ganar los últimos balones por alto.