Baraja y Corona seguirán charlando a lo largo del día de hoy para dirimir la renovación del técnico (en principio no hay reunión física pactada como ya hicieron este miércoles) y para continuar perfilando el nuevo proyecto del equipo. "No puede demorarse mucho más", coinciden ambas partes que quieren poner la primera duda del nuevo Valencia por la vía rápida. Corona apostó por él cuando peor estaban las cosas y ahora ha vuelto a hacerlo. Esa es su oferta, confianza y que crea lo que dice el Valencia, que asegura que este año será el director de fútbol talaverano quien, sin injerencias, confeccione el proyecto deportivo con las premisas económicas que le marquen desde el club y contando con la opinión del propio Baraja. Parece que Corona ha pasado de informar o ser una voz más en muchas decisiones a ser quién las tomará en primera persona. En la primera charla larga entre ambos con Solís (duró cuatro horas) y hoy no cambiará, el técnico vallisoletano exige proyecto, credibilidad y certezas por parte del club, de Meriton, de Lim, siempre dentro de un clima de cordialidad y "buena sintonía", explicaban a este diario fuentes conocedoras de la reunión.
Y es que, Baraja se ha ganado sobre el campo pedir en los despachos, a pesar de haber debutado este año en la élite. La postura de Baraja es lógica: quiere un contrato de más un año, para que sea un proyecto; no ser el portavoz del Valencia en asuntos extra deportivos o que no le atañen, participar en la decisión de los refuerzos y tener una plantilla competitiva. Él, a diferencia de su predecesor, Gattuso, sabe bien dónde está y por qué lo pide. De todo eso, seguirán hablando hoy. De eso, de jugadores que deben salir, de perfiles, de apuestas como la de Cenk, pero también de actitudes de club, de exigencia y de todo aquello que el técnico vallisoletano ha venido pidiendo desde que salvó al equipo el domingo pasado. Los nombres propios y la capacidad de actuación sobre la confección en la plantilla son claves. Sus avales han quedado claros desde hace meses: arrojo para dar el salto, sentimiento de pertenencia y meritocracia.
Será, de confirmarse la continuidad de Baraja una oportunidad para que el debutante en Primera reafirme en la élite las trazas que ha mostrado en sus primeros meses como técnico del Valencia.
El técnico vallisoletano tomó el timón en el mes de febrero con el único objetivo de huir del descenso a Segunda División. Lo logró. Y no habría sido posible sin su apuesta a ciegas por los pupilos de la Academia. La leyenda che retiró a los protegidos por Gattuso -Yunus, Ilaix, Guillamón, Castillejo, Cavani...- y fío el futuro deportivo del Valencia CF a la rebeldía de la juventud. Con gol de Diego López, un 4 de junio de 2023, en la jornada 38, Baraja firmó la que debe ser su garantía de continuidad.
Mentalidad era la palabra más repetida por un Gennaro Gattuso que sin embargo abandonó el barco cuando comenzó llegó la mala mar. Rubén Baraja, debutante en los banquillos de Primera División pero experto en la exigencia de su club, el Valencia CF, salvó los muebles sobre la bocina con los restos del equipo en el que no creyó su predecesor. Y lo hizo con planteamientos que antepusieron el orden y el gen competitivo que le hicieron campeón como jugador en Mestalla. Ese es su aval y por el cuál el Valencia tiene claro desde que fue a Singapur la última vez que tenía que ser el elegido para el banquillo.
De Baraja gusta que fue con su plan hasta las últimas consecuencias. En una plantilla con Cavani o Hugo Duro, Alberto Marí fue la primera solución con el 1-0 en el marcador. Con el canterano sobre el campo, Nico González vio el pase que nadie más vio para que Diego López pusiera el definitivo gol de la tranquilidad. Los otros dos delanteros no aparecieron entre las otras ventanas de cambios.
En el debate entre galones o cantera, hasta los más jóvenes parecen haberse apropiado de lo primero gracias a un técnico que ha tenido el arrojo para ponerlos y mantenerlos.
Pero es que, al margen del planteamiento, están los datos: 22 puntos, dos más que Gattuso pero con un equipo en la lona, ha conseguido Rubén Baraja para certificar una permanencia que pareció imposible durante algún momento. 6 victorias, 4 empates y 7 derrotas con un proyecto ajeno y hundido, al que hay que sumar la descapitalización de las ventas de Guedes y Soler durante el pasado verano.
Sin un Gattuso afín a la propiedad, con un Valencia que flirteó con la Segunda División y carente de referentes, lo próximo que está sobre la mesa es la garantía de que el futuro deportivo del Valencia se vea condicionado a la suerte de Baraja. Por la comunión con Mestalla, por ser respetado ante club y jugadores y sobre todo por salvar al Valencia CF de una afrenta deportiva a la altura de la social, el técnico se ha ganado la continuidad que ahora se negocia y que le ha ofrecido el club. La incógnita para la próxima temporada 2023/2024 es si tendrá la oportunidad que merece, el proyecto que ansía y hasta dónde podría llegar con sus peticiones.