El Valencia CF, una vez renovado Baraja, sabe que debe acudir al mercado. Es una realidad. Los que entran, por los que salen. Y es que del equipo que cogió Baraja y que se salvó sobre el descuento son varias las piezas importantes que vuelven a sus respectivos equipos. Otras, además, pueden salir. Y otro tercio de la ecuación son nombres que Baraja ya descartó con sus alineaciones. Pues bien, a sabiendas de que las altas deberán ser numerosas, el club cuenta con una buena noticia: no tiene cubiertas ninguna de las tres vacantes de extracomunitarios.
En realidad, fue un problema que el club ya resolvió de cara a la segunda parte de la temporada 2022-2023. Marcos André juró la constitución española el pasado mes de diciembre, si bien no hubo altas en enero, y entonces quedó sólo Lino como extracomunitario. El extremo del Atlético de Madrid vuelve a su club de origen tras sus vacaciones y libera por completo la carpeta de los extracomunitarios. Este fue un problema con el que el Valencia se topó en los últimos mercados y que no tendrá a partir de julio.
El club che afronta este mercado habiendo perdido dos puestos de extracomunitarios. Sin Lino ni Marcos André, las posibilidades de mercado son mayores para un club que, ya de por sí, ha perdido cuota de atracción debido a los resultados deportivos. No obstante, no hay que remontarse muy lejos para puntualizar los últimos problemas que derivaron en operaciones forzadas o, por el contrario, en fichajes frustrados.
En el verano de la temporada 2022-2023, el problema de los extracomunitarios apareció al final. Bien es cierto que Arthur Melo o Alderete ocupaban plazas que el Valencia CF podría rebasar al haber realizado el fichaje de Lino. Aun así, esos nombres nunca pasaron del cartel de intereses para acabar apostando por comunitarios como Cenk o Ilaix Moriba.
Por otra parte, en los días finales de mercado y cuando el culebrón Cavani apuntaba todas sus flechas hacia Mestalla, el Valencia debía dar salida a Maxi Gómez o Marcos André. Aunque la previsión era que el exjugador del Valladolid tuviera pasaporte español en los próximos meses, fue la apuesta del Trabzonspor la que permitió que el charrúa saliera y llegara su compatriota, aunque éste con la doble nacionalidad italiana que liberaba una plaza.
El exponente de la gestión de extracomunitarios que forzó a decisiones a la postre desacertadas es el de Kang In Lee. También fue al final del mercado, esta vez en los comienzos de la temporada 2021-2022. Algo que el entrenador, José Bordalás, se ha encargado de matizar en los últimos meses es que él no tomó la decisión de dar salida a Kang In, como tampoco avaló el fichaje de Marcos André a tal precio. El Valencia desembolsó unos 8.5 millones de euros al Real Valladolid por el punta y tuvo que dar salida a precio de saldo al surcoreano.
Dos años más tarde, la situación es que Kang In Lee podría poner rumbo al PSG y su equipo, el Mallorca, sacar entre 15 y 20 millones de euros por el traspaso. Mientras, al Valencia le quedan por amortizar unos 5 millones de euros de Marcos André, que apenas cuenta los goles en València con los dedos de la mano.