Todavía entristecido porque lo de Cavani y el Valencia haya sido un coitus interruptus Iba el otro día cobijado en el aire acondicionado de un taxi y William, colombiano de Pereira que lleva nueve años en Valencia, me decía que esta ciudad era un paraíso. Al pasar por Mestalla le dije: mira, aquí en el paraíso tenemos templos. Él sonrió y, sin mediar palabra, me dijo: "Lo que está haciendo el chino (Peter Lim) con la afición no es justo. Esta ciudad, este club, merece alguien que lo quiera, alguien a quién le duela", me explicaba. La sabiduría popular es tan sencilla como aplastante. No hay más debates, ni más análisis.
El Valencia tiene que estar en manos de alguien que le duela y al de Singapur hace tiempo que da la sensación de que ni siente ni padece por el Valencia. Reaparece sonriente en los cumples de su hija Kim, pero para el club de Mestalla no está ni para venderlo. Leo estos días el comunicado de supuesta unión que pretende De Torino a Mestalla para recuperar el Valencia. Alabo el objetivo, pero está claro que no dan con la forma. A la última cita no acudió Libertad VCF; sin duda la plataforma que más ha agitado la situación del club en los últimos tiempos. Antiguos miembros de la plataforma, la teoría está clara y es compartida, pero en una sociedad mercantil como lo es la SAD Valencia CF, sin dinero no hay nada que hacer. Está en ciernes la propuesta 112, y ojalá me equivoque y funcione. Al menos se mueven ya en unos términos en los que al singapurense se le podría convencer: ¿cuánto quiere por devolver el club a alguien que le duela? A alguien que lo sienta.
Sobre el campo veo un Valencia esta temporada aún más joven que la anterior, muy, muy, muy necesitado de refuerzos que suple con la implicación de Baraja y el arrojo de los jóvenes las necesidades futbolísticas y de experiencia. Sé que queda mercado, pero faltan media docena de jugadores para que el Valencia no pase los apuros que sufrió la temporada pasada y LaLiga empieza en menos de dos semanas. Si llegan Canós, Rafa Mir, Amallah y compañía, la cosa mejorará. La campaña anterior fue la más dura que uno recuerda, el fantasma del descenso merodeó por Mestalla hasta el último día y la angustia se apoderó la afición. Hay quien pensaba incluso que era mejor bajar a Segunda si con eso se conseguía que Lim se fuera. No sé si habría sido así, lo dudo; pero al menos le habría dolido el bolsillo más que lo que le duele un Valencia que sigue ilusionándonos y siendo un desvelo para miles de personas como un servidor que no se resigna a verlo empequeñecido. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia