No es la primera vez, pero sí de las más significativas. Mestalla cargó contra la Real Federación Española de Fútbol y aunque no mencionó directamente a su presidente, Luis Rubiales, en el minuto 22 se gritó "Corrupción en la Federación" en el momento en que el árbitro señaló un penalti un tanto riguroso y que fue muy protestado por la afición, acompañado de una gran pitada. Parecía que todo estaba planeado por el contexto, por todo lo sucedido con Rubiales y la selección femenina. Los pitos no pudieron impedir que Osasuna se pusiera por delante en el marcador silenciando Mestalla por un momento. El equipo reaccionó y trató de empatar el partido, pero el ambiente se fue caldeando con la amarilla a Diakhaby y la posterior falta sobre Gayà. A partir de ese momento, las decisiones arbitrales empezaron a no gustar en Mestalla, que clamaba contra el colegiado.
Todo empezó a pintar mucho mejor para el Valencia con el gol de Hugo Duro en el minuto 79, que levantó los ánimos de un valencianismo que empezó a apretar para empujar al equipo hacia la victoria. A partir de entonces se vio una conexión mucho más fuerte entre los jugadores y la afición, que aplaudía cada acción peligrosa y animaba a los suyos. Las ocasiones del Valencia CF se fueron sucediendo, algunas de ellas muy peligrosas, y el equipo valencianista dominaba el encuentro. Sin embargo, el gol del Osasuna en el tiempo añadido del final del encuentro, dejó malas sensaciones para los valencianistas.
En un primer momento, en Mestalla se percibía un ambiente ilusionante desde el arranque. El estadio se llenó prácticamente al completo, con una entrada de 42.474 personas para ver a un Valencia que tuvo un inicio inmaculado tras sus dos primeras victorias de la temporada en los dos primeros partidos de liga. La gente recibió al equipo con aplausos y mucho entusiasmo, con el objetivo de continuar con la racha y sumar 9 de 9 puntos posibles.
El beso de Luis Rubiales durante la celebración del título de la selección española como campeona del mundo es uno de los temas más polémicos del año y con razón. La lamentable imagen que el hasta hace unas horas Presidente de la Real Federación Española dando un beso en la boca a Jenni Hermoso, entre otros gestos, ha convertido un hito histórico para el deporte nacional en un escándalo mundial. Tras no dimitir en la asamblea, el intercambio de comunicados cada vez más absurdos y lamentables entre la Federación defendiendo lo indefendible, acabó por costarle la suspensión de la FIFA, el puesto y la repudia de todos los estamentos de la sociedad española y mundial.
Lo sucedido con Rubiales no fue excusa tampoco para que la afición dedicara sus habituales cánticos y pancartas contra Peter Lim, en especial en el minuto 19, en el que se le volvió a pedir que se marchara. Buena parte de la afición se unió a pleno pulmón en sus habituales cánticos de "Peter vete ya", con tal de demostrar su desacuerdo con el mandatario singapureño. Justo después el árbitro señaló el penalti en una acción que podía suscitar dudas, y fue el momento en el que Mestalla se acordó de Rubiales y la Real Federación.
Al margen de lo sucedido en el Mundial, en Valencia, la relación con Rubiales y la Federación no ha sido, ni mucho menos, positiva durante todo el tiempo que ha estado el presidente a los mandos de la Federación.
Estas disputas entre club y Federación no son nuevas, vienen de años atrás. Todo arrancó con la celebración de la Supercopa de España fuera del país y el reparto de dinero correspondiente a cada equipo. A partir de ahí, sucesos de la RFEF y el Valencia que han ido desgastando la relación. Estos son algunos de los ejemplos en los que el Valencia se ha visto perjudicado por la RFEF. El VAR, el caso Gayà y el hecho, como desveló El Confidencial, en aquellos audios entre Piqué y Rubiales, en los que ya quedó claro que el Valencia no le caía bien a Rubiales.
En ese sentido, sacó a la luz una conversación de Rubiales con su padre. El presidente de la RFEF admite a su padre que el Valencia CF le cae mal: "A mí (me caen mal) en este orden Villarreal, Sevilla y Valencia". Rubiales se defendió, quitando hierro al asunto y alegando rivalidad deportiva en su época como jugador, pero en Valencia, Sevilla y Villarreal no sentaron nada bien esos comentarios de parte de alguien con ese cargo.