El Valencia CF se enfrenta este sábado al Atlético de Madrid en el que será un partido especial para Rubén Baraja. Y es que el conjunto colchonero es el equipo que le catapultó a la élite. Para más ende, fue la última historia de amor del Pipo antes de llegar al club de Mestalla, pues cabe recordar que se retiró porque no se veía con fuerzas de seguir en otro equipo.
Rubén Baraja se formó en las categorías inferiores del Real Valladolid, pero en 1996 llegó libre al Atlético de Madrid. Tras un paso por el filial, se asentó en el primer equipo y en la 1999/00 sufrió un duro revés: el descenso a Segunda División. Fue entonces cuando el Valencia CF pagó su cláusula de rescisión (2.000 millones de euros, 12 millones de euros al cambio). Pedro Cortés lo anunció tras la Junta General celebrada en julio del 2000 y así se hizo efectiva su llegada. El resto es historia. Ahora, el Pipo volverá a enfrentarse, como ya hizo el pasado 18 de marzo, al club que le dio cobijo durante cuatro temporadas y que le hizo madurar como futbolista de élite.
Su llegada al Valencia CF no fue sencilla. Ya lo admitió en su presentación como entrenador: "Cuando llegué el Valencia, yo era la tercera opción y al final se me eligió a mí porque las otras no se dieron". Y es que la entidad valencianista tenía como mejores opciones a Claude Makélélé y a Sergio González. Estas llegadas no fraguaron y terminaron decantándose por Baraja.
Tras ello, Rubén Baraja se convirtió en una leyenda del Valencia CF. Disputó un total de 362 partidos oficiales durante 10 temporadas en los que anotó 58 goles y dio 25 asistencias. Ganó dos ligas, una Copa de la UEFA, una Supercopa de Europa y una Copa del Rey.