El Valencia CF ha anunciado el ingreso que obtuvo por la disputa de las ediciones de Supercopa de España en los años 2020 y 2023. Así lo ha reflejado en las cuentas del club al publicarse los resultados del ejercicio económico. Este fue, además, el último conflicto del Valencia CF con Rubiales, pues el club se opuso al reparto que propuso la RFEF por corresponderle menos dinero que a los otros equipos del torneo en 2020. La demanda fue llevada a la Real Federación Española de Fútbol, algo que parece que no sentó nada bien al presidente de la RFEF, pero se llegó a un acuerdo. Ahora, las cuentas han revelado que el club pactó e ingresó la cantidad de 5,1 millones de euros por su participación en las ediciones comentadas del torneo, cuando lo que quería la RFEF era pagar en torno a los 3 millones.
En concreto, el documento informa que los "años de litigios" se han saldado con el acuerdo con la Real Federación Española de Fútbol, entidad que ha aceptado el pacto de ingreso total de 5,1 millones de euros. "Se ha alcanzado un acuerdo con lo que se han podido reconocer los derechos de la Supercopa tanto de este año como los provisionales en ejercicios anteriores", expone el documento. De esta forma, el Valencia CF revela las cifras de este conflicto en el que las partes se pusieron de acuerdo el 26 de julio del presente año.
El club presentará el presupuesto para la próxima campaña el 14 de diciembre en la junta de accionistas, tal y como lo anunció el pasado lunes. El Valencia CF busca aprobar unas cuentas que arrojan 6.9 millones de euros, una reducción ostensible respecto a los 46 millones de la temporada pasada. El presupuesto se ve disminuido, estableciéndose en 99 millones de euros, y se espera que acabe equilibrado tras vender jugadores por valor de 24 millones de euros, una parte de los cuales ya se han vendido este verano (Yunus Musah).
Hay que recordar que el del año anterior fue de 106 millones y arrojaba unas pérdidas de 46 millones más. El Valencia cierra el año con 6.9 millones de pérdidas a pesar de que en verano cerró el mercado de fichajes con sólo cuatro caras nuevas y un margen en el Fair Play de alrededor de 9 millones que Peter Lim no permitió gastar para no endeudarse más.