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Rubén Baraja, nuestro Martín Cerezo: Peter Lim ha roto amarras con el Valencia CF

El periodista no es noticia

La derrota de Getafe fue amarga por las formas -gol en el 86 tras 40 minutos de asedio por culpa de Gabriel Paulista- y por las consecuencias: Dos bajas más para el próximo partido contra el Barça. Además, tras escuchar a Javier Solís en la previa, cualquier analista avezado -y Rubén Baraja lo es- se da cuenta que esto lo va a tener que solucionar él porque no van a venir refuerzos en enero salvo 'milagro milagrito'  inesperado. Pero el desastre, como el que propició la pérdida de las colonias, no se queda aquí. En esas palabras del director corporativo hay un verbo, una alocución que muestra a las claras cómo está la situación y lo que se puede esperar. Al hablar de la posibilidad o no de reforzar la plantilla, Solís, que es un tipo inteligente y que, como buen abogado, domina la palabra, asegura: "Con la situación económica que nos viene impuesta..."  Traducido al román paladino es que Peter Lim es el culpable de no mejorar la cadavérica situación de una plantilla abandonada a su suerte imponiendo que no fichen si antes no han aligerado (aún más, el coste de plantilla).

Saturnino Martín Cerezo

Rubén Baraja, como el teniente Martín Cerezo en el sitio de Baler está más solo que la una. Como le sucediera al militar español en las Filipinas de 1898, que no recibió ayuda de Madrid o de Manila; al técnico vallisoletano le va a suceder lo mismo. Desde Singapur (incluyo a Kiat Lim por supuesto aunque pueda reaparecer con la Junta) se han olvidado del Valencia CF; y desde Valencia no tienen capacidad de mejorar la situación de los sitiados: un equipo joven trufado con dos o tres jugadores algo más experimentados que se lo dejan todo pero que no le da para más y cada semana que pasa es más evidente que las carencias medran la situación del equipo

Getafe-Valencia

Rubén Baraja y sus aciertos o errores

Leyendo algunas informaciones y revisiones de lo sucedido en el sitio de Baler, está claro que algunas decisiones del teniente Saturnino Martín Cerezo son cuestionables con el paso de los años pero ¿Alguien en su sano juicio se atrevería a decírselo al bravo soldado después de las penurias que tuvo que vivir en esa iglesia en la remota bahía de Baler? Aguantaron 337 días ahí, dejados de la mano de Dios y salieron por su propio pie. Pues eso.

Rubén Baraja es, así lo veo yo, nuestro héroe épico al que sin embargo todavía algunos cuestionan algunas decisiones tácticas o técnicas. Se equivoca, como todos, pero no sé qué más tiene que hacer el entrenador cuando no hace más que inventarse parches y remiendos para solventar las carencias de su guarnición. Con el paso de los años pondremos aún más en valor lo que este entrenador ha hecho poniéndose al frente de una causa casi perdida, de un equipo abandonado a su suerte. Rubén se ha convertido en el murciélago del escudo, parafraseando a nuestro querido Pedro Cortés (abrazo para él) para refender el nombre del Valencia CF, un club histórico que, como la España de 1898, va a la deriva y condenado a la destrucción mientras Peter Lim dirija sus designios.

Los últimos de Filipinas, casi el mismo número de integrantes de la plantilla del Valencia CF

PD: Lo de Cuadra Fernández no tapa las carencias ni las culpabilidades de este Valencia de mínimos, pero si es verdad que Javi Guerra no le dijo nada de eso, aún se queda corto Pepelu diciendo que el árbitro es un chuleta. ¿En qué manos sigue estando la justicia en el fútbol español? Da miedo hasta pensar la pregunta. Feliz semana.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en Valencia

dtorres@eldesmarque.com

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  1. Juan Octavio

    Mucho supone en el fragor de la batalla el ataque a la batería formidable; mucho el cruzarse con las bayonetas enemigas; pero aún hay algo más pavoroso, irresistible y difícil en la tenaz resistencia del que, una hora y otra hora, un día y otro día, sabe luchar contra la obsesión que le persigue: sostenerse tras la pared que le derriban y no ceder a los desfallecimientos del cansancio. GB Saturnino Marrín Cerezo.