Tras acabar de escribir la crónica del Valencia-Barcelona me sentía orgulloso y feliz por todas las experiencias y sensaciones que había vivido desde el jueves. Porque ¿qué es la vida más allá de las experiencias y las emociones que uno vive? Encima, el que les escribe, tiene la fortuna de tener una tribuna como esta para contar cosas y, de paso, compartir las sensaciones que vivo. Ahora, delante del teclado, me doy cuenta que fue una semana chula en la que pude vivir en primera persona momentos de esos que te ponen los pelos de punta literalmente y que te hacen entender porqué el Valencia CF es tan, tan, tan grande que ni la desidia de Peter Lim o la nefasta gestión bajo su mandato podrán cargarse el club.
Empezó pronto el jueves, en la puerta de Mestalla (8.30 h), viendo como un tipo se disfrazaba de Peter Lim y una veintena o así de personas de Libertad VCF iban a protestar al palco antes de la Junta. El falso Lim estuvo gracioso y lo que hace esta gente de la plataforma en contra del máximo accionista es encomiable. Madrugar para luchar por tu club, prepararte un discurso (los que entraron), trabajar por un sentimiento merece todo mi respeto, sea cual sea el resultado que obtengan.
Entre la Junta y la posterior rueda de prensa viví una jornada muy emotiva con la Asociación de Futbolistas del Valencia CF, rodeado de buenos amigos y buena gente. Cómo me gustaría que todo el mundo viera la discreta labor que hace Fernando Giner por el Valencia y el valencianismo, las horas que le echa, la voluntad que le pone y las ganas. Mira, por ejemplo. Este jueves, antes de irse de comida de Navidad, fue en persona a recoger material a las 8 en una furgoneta, estuvo en una residencia de personas mayores dando un Taller de Reminiscencia basado en el Valencia y desayunando con ellos, para, a prisas y carreras llegar a la misa de difuntos. Me siento orgulloso de compartir este planeta con gente como él. Allí, en la Basílica, presencié otro momento que casi me hace llorar. Salva Martí, un veterano que hacía años que no se dejaba ver por estos festejos, se reencontraba con sus viejos camaradas. El abrazo que le dio a Guillot me llegó al alma. Sólo por ver feliz a ese hombre todo lo que hace la Asociación tiene todo el sentido del mundo.
El viernes, ya de vuelta a la primera línea de la trinchera escuché a Rubén Baraja en la sala de prensa decir aquello de "Por mis jugadores mato". El vallisoletano es el Valencia CF en sí. Tiene tan claro dónde está y lo que debe ser su cargo que no he conocido en mis más de 25 años de carrera un tipo tan apto para el banquillo de Mestalla, con sus defectos y sus virtudes. Ha encontrado su lugar en el mundo. Tenemos suerte de que sea él el entrenador del Valencia y no otro.
El culmen de emociones llegó, como no podía ser de otra forma el sábado en Mestalla. Desde el recibimiento al equipo (vídeo superior), hasta el homenaje a David Silva, pasando por la sonora y multitudinaria protesta contra Peter Lim, todo antes del duelo hacía presagiar una noche grande.
Ya dentro, el himno, la música, cómo vibra Mestalla.... Ver un Valencia-Baça en Mestalla es otra cosa. Lo de esta afición no es sólo admirable, es un ejemplo para el mundo. Que bata el récord de asistencia tal y como está el club es para quitarse el sombrero. No saben lo afortunado que me siento porque mi puesto de trabajo esté en una de los pupitres de Mestalla.
En el templo uno vive emociones de todo tipo y, ante el Barça más. Es imposible no querer a este equipo de chavales, la Quinta del Pipo, que se lo dejan todo y cuyo sentido de pertenencia hace que suban montañas, vadeen valles y se sobrepongan a cualquier dificultad que encuentran en el camino. Su entrega y su desparpajo contagia a su hinchada, y a los que están a su alrededor. Y lo del entrenador... Baraja ha sacado petróleo donde sólo veíamos arena. Chapeau.
Que se lo digan si no a Hugo Guillamón, que ,parece todo un veterano a su lado pero que en realidad no deja de ser un chaval un poco mayor que ellos y que necesitaba un partido como el que hizo ante el Barça para recuperar su mejor versión. Hugo nos dio la gran alegría de la semana con su impresionante golazo y nos ayudó a olvidar otras penas. Sólo por eso, gracias. Por momentos así uno sigue tan profundamente enamorado y enganchado a este deporte y a este club hasta el punto de pensar que es un sentimiento indestructible. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia