El técnico del Valencia CF, Rubén Baraja, cumple este miércoles 14 de febrero, día de San Valentín, su primer año al frente del Valencia como entrenador. Es la segunda etapa en el club de su vida, en el que disfrutó de diez temporadas como futbolista ganándolo todo, y que ahora dirige, con el apoyo incondicional de la afición y de la directiva de aquí que apostó por su fichaje tras la espantada de Gattuso. Su llegada un día de San Valentín preavisada por ElDesmarque a modo de Eros una semana antes ha sido, sin duda la gran noticia para el valencianismo en este último año.
Nada de lo (poco) bueno que ha sucedido al Valencia CF se entiende sin Baraja. La salvación in extremis de la temporada pasada; la limpieza del vestuario este verano; la sonrisa de felicidad de algunos pesos pesados como Gayà; el nacimiento de la Quinta del Pipo con Diego López, Fran Pérez, Javi Guerra, Alberto Marí o que. esta campaña, cuando el equipo estaba diseñado para evitar el descenso, no haya ningún valencianista que esquive la realidad de que esta plantilla se ha ganado bajo la tutela del técnico vallisoletano el derecho a soñar con jugar en Europa.
Pero el máximo logro de Rubén Baraja no es estrictamente deportivo. El entrenador, antes líder sobre el campo, ha encontrado por segunda vez su lugar en el mundo. Si en el día de su despedida del club colgó las botas "porque no concebía seguir jugando al fútbol vistiendo otra camiseta que no fuera la del Valencia CF"; el día de su presentación como entrenador en 2023 volvía a renovar sus votos de enamorado: "Para mí entrenar el Valencia es el sueño de mi vida, por eso soy entrenador. Cuando me planteé entrenar, el hito máximo siempre fue poder entrenar al Valencia algún día, así que imagínate que en una situación de gran dificultad te llame el Valencia. Es un día feliz y volver a casa es un gran honor".
Esa divisa, ese amor por el club ha dirigido todos y cada uno de los actos durante este año en el que, como sucedió cuando era jugador, no sólo ha enamorado a la afición valencianista sino que se ha convertido por méritos propios en el auténtico líder espiritual de la misma. Cuando Baraja habla, lo hace desde el corazón de un valencianista, por eso es prudente en las exigencias con Peter Lim pero sin olvidar su ambición innata y su objetivo en la vida: devolver al Valencia CF el esplendor que tuvo cuando él, con el 8 a la espalda, convirtió al club en el mejor del mundo.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia