Se cumplen diez años de la remontada del Valencia CF contra el Basilea, quizá la última gran noche europea vivida en Mestalla. Buen momento para recordarla ahora que el Valencia vuelve a soñar con regresar a las competiciones europeas de mano de Baraja.
El diez de abril de 2014 eran pocos los valencianistas que creían que su equipo eliminaría al Basilea. Un mal rendimiento en LaLiga Santander y un partido de ida en el que encajaron un 3-0 hacían pensar lo peor. Pese a ello, pese a que la remontada del Valencia CF parecía imposible, volvieron a llenar Mestalla. Casi a las doce de la noche la imagen era bien distinta, la avenida de Suecia estaba repleta, los futbolistas en el balcón, Paco Alcácer tenía un balón bajo el brazo y los blanquinegros estaban en unas semifinales europeas.
En los últimos años se había normalizado que el Valencia CF llegue a las semifinales de la Europa League. Por ello, cuando el bombo lo emparejó con el Basilea suizo, muchos se dieron como favoritos, a un paso de una final europea exactamente diez años después. Sin embargo, el partido en Suiza fue un baño de realidad, los de la capital de Turia quedaron prácticamente eliminados en cuartos de final y casi nadie confiaba en la remontada. El club se tuvo que volcar para que Mestalla confiara en una gesta che y con el paso de los días eran más los que se hacían la eterna pregunta: "¿Y si remontamos?".
Esa cuestión se planteó el entonces técnico del Valencia CF Juan Antonio Pizzi. Salió a rueda de prensa, esta vez con un traje de su talla, se puso contra los micrófonos y dio un discurso que rozó lo profético: ""En Basilea generamos ocasiones de gol, pero no las metimos. ¿Y si las metemos? Si la gente ayuda, si nosotros estamos finos, si el equipo rival no se siente cómodo... ¿Por qué no vamos a pasar? ¿Por qué no podemos ganar 3-0 o 4-0? Dame un motivo por el que no podamos hacerlo". El argentino se quedó corto, al final fue una manita.
Desde las gradas, donde hubo una gran presencia de jóvenes y gente no habitual, hasta el terreno de juego. La remontada contra el Basilea tuvo el sello de Paterna. Paco Alcácer no comenzó la temporada como titular y Postiga era el nueve referencia. Las paupérrimas actuaciones del portugués y la confianza de Pizzi provocaron que el de Torrent tirara la puerta a balonazos. Aun así, necesitaba una gran noche y la consiguió. Un hat-trick para el recuerdo con uno de los golazos más espectaculares que se recuerdan. Mestalla vibró con sus disparos casi tanto como el larguero tras el gol que empataba la eliminatoria.
Ese día, el de la confirmación de Alcácer, dejó una nota negativa, una pequeña mancha en el recuerdo. La euforia del delantero hizo que celebrara el tercer tanto quitándose la camiseta enrabietado. Esa acción, a la postre, provocó que, después de una injusta tarjeta en el Pizjuán, se perdiera la vuelta de las semifinales. Paco no fue el único canterano que triunfó ese día, el colofón final lo dio Juan Bernat. En una de las últimas jugadas del encuentro, el Basilea erraba en la salida de balón y el lateral encaró a portería para marcar un golazo por la escuadra.