Rafa Mir promete goles a la afición en su segunda luna de miel valencianista: "Qué bonito"
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El termómetro del valencianismo con Rafa Mir y Stole Dimitrievski: aplausos, cánticos y halagos
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"No voy a parar de trabajar duro para devolveros con goles todo el cariño que me estáis dando"
Rafa Mir y el valencianismo están viviendo una segunda luna de miel. Sus primeros minutos en esta segunda etapa che no hacen más que confirmar que están hechos el uno para el otro. El Valencia y el Castellón empataron en un amistoso en el que el conjunto castellonense puso el juego y dejó las ocasiones para un impreciso Valencia, que en su primer encuentro de la campaña no supo definir con claridad para llevarse el triunfo. No fue hasta la segunda mitad cuando salió Rafa Mir, que se convirtió en el gran referente de los de Rubén Baraja en la segunda mitad. No marcó, pero se le vieron buenas maneras
El cartagenero volvió a jugar en el Antonio Puchades, un lugar que conocía bien, y lo hizo sin Hugo Duro de complemento, pero ganando muchos duelos, estando muy participativo y teniendo un par de ocasiones, como la del minuto 61 a centro de Martín Tejón, aunque no logró empalar bien el balón. Fue el primero de sus tres buenos remates en un partido marcado por el sofocante calor. La afición, entregada, coreó su nombre en varias ocasiones haciendo que el inicio de su idilio en este reencuentro futbolístico-amoroso fuera aún más dulce si cabe.
Rafa Mir responde: "No voy a parar de trabajar duro para devolveros con goles todo el cariño que me estáis dando valencianistas"
Rafa Mir, respondió horas después al cariño dado con el siguiente mensaje que va directo al corazón del valencianismo. "¡Qué bonito ha sido volver a lucir este escudo!
Acaba de comenzar este camino y no puedo estar mas feliz por cómo están yendo estos primeros dias.
No voy a parar de trabajar duro para devolveros con goles todo el cariño que me estáis dando, valencianistas. Es algo que no se puede expresar con palabras. Amunt!
⚽️🦇😈💪"
Obviamente, los comentarios de los seguidores ches, enfervorecidos con su llegada, no se hizo esperar.