La semana que se marcha me tuvo en un tobogán de emociones encontradas y sensaciones de toda clase y condición. Yo no quiero que se vaya Javi Guerra, por eso cada una de las dos veces que estuvo cerca de irse al Atlético de Madrid (o antes al Girona) me sentí mal, triste, amargado. Recordé lo peor de este Valencia CF de Peter Lim. Y eso que me parecía que, económicamente, y dada la situación actual del club, era una operación bastante buena. 20 millones, más cinco en variables, más un porcentaje de una futura venta era un buen negocio.
Porque Javi Guerra es un melón por abrir. Tiene muy buena pinta y yo tengo fe en que aún sea mucho mejor futbolista de lo que es. Su planta, su disposición en el campo y su forma de conducir el balón le auguran grandes tardes de glorias que, ojalá, puedan ser en Mestalla.
"Javi Guerra no quiere irse, pero su entorno sí"
El caso es que el tira y afloja ha servido, de nuevo, para reabrir las trincheras dentro de los foros de opinión valencianista. Ha sido esta semana de los tópicos en el fútbol;: "Que si un jugador no se va si no quiere"; "que si Javi Guerra quiere quedarse pero su entorno quiere que salga"; "Que el Valencia CF está desesperado por venderlo y por eso Javi acepta irse al Atlético"... He leído y escuchado de todo y ¿saben lo que pienso? Que habrá un poco de razón en todos los planteamientos.
"El Valencia CF está desesperado por venderlo y por eso Javi acepta irse al Atlético"
Estoy seguro que otro Valencia no necesitaría vender a Javi y que él en un Valencia campeón no querría irse aunque no tendría los minutos que ahora en un equipo de crisis sí tiene.
Javi Guerra ha protagonizado la semana valencianista. Hasta en dos ocasiones estuvo a punto de irse al Atlético. ¿De quién fue la culpa?
Si fuera el padre de Javi, y me consta que esta reflexión se la han hecho ya, le recordaría con cariño a Javi, que en un Valencia 'normal' los jóvenes no tendrían tantas oportunidades como les ha dado Baraja y que ponga esa continuidad en la balanza antes de tomar su decisión.. Guerra se ha ganado un hueco en este equipo, se ha ganado tener ofertas y se ha ganado también tener la oportunidad de elegir.
La ovación cerrada que le brindo Mestalla este sábado a Javi me hizo reconciliarme conmigo mismo y con los seres humanos
Pero, y también actuando como padre, le diría que madurar y crecer también es eso: elegir y asumir las consecuencias. Su última publicación en Instagram parece zanjar el culebrón pero no va a acallar las críticas de aquellos que han interpretado sus movimientos como los deseos de abandonar Mestalla. Me gustaría que la historia de Javi Guerra y su traspaso haya acabado aquí, pero lo dudo seriamente. La ovación cerrada que le brindo Mestalla este sábado me hizo reconciliarme conmigo mismo, aunque pase lo que pase, lo complicado para Javi Guerra y el valencianismo empieza ahora. Si, como en el Naranja, la afición empezó a poner de su parte, para zanjar la herida, antes dejará de sangrar y caerá en el olvido.
Ahora bien. también le digo a Javi que, a medida que uno se hace mayor, aprende a llevar mejor las críticas y, sobre todo, a escuchar únicamente aquellas que provienen de la gente que realmente importa. La gente tóxica, cuanto más lejos, mejor. Quizá ese sea el mejor aprendizaje chaval. Hacerse mayor no es sólo ganar más o ir se un mejor equipo. Hacerse mayor también es aprender. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia