Unos 200 seguidores esperaron al autobús del Valencia CF que salió escoltado por la policía tras el empate a dos goles contra el Deportivo Alavés. A diferencia de otras ocasiones, los jugadores del Valencia CF no acudieron con sus coches a las oficinas del Valencia y, por ende, se marcharon del estadio en el autobús oficial evitando incidentes como los ocurridos tras el partido ante el Rayo del 7 de diciembre cuando los futbolistas fueron increpados a su salida. En esta ocasión, salir en el autobús les evitó las carreras y los problemas personales, pero no los gritos contra los jugadores "mercenarios" y contra Rubén Baraja, al que un sector cada vez más grande de la afición pide su marcha. Los gritos, por ejemplo, durante el partido, partieron siempre desde la Grada de Animación y la Curva Nord, y luego se cogió el resto de la afición aunque fuera por espacio de pocos segundos.
Al final del encuentro la protestas creció en intensidad y unos doscientos aficionados estuvieron más de una hora esperando a los jugadores, mostrando pancartas contra Peter Lim y contra el club y criticando a los jugadores que estuvieron subiendo, como Rubén Baraja, uno a uno al autobús. Los seguidores no los veían, gracias a las fuertes medidas de seguridad de la policía, que estableció un cordón de seguridad para que el autobús se marchara hacia dónde los jugadores habían dejado los coches para empezar de Navidad.
Antes de quedarse esperando al bus, un número más elevado de seguidores protestaron delante del palco VIP por la dramática situación del equipo que es colista a pesar del empate y que volverá a jugar en Mestalla el día 3 contra el Real Madrid, el partido aplazado por la DANA, que arrasó el pasado 29 de octubre parte de la provincia de Valencia.
Todos los seguidores presentes, cuando se fue el autobús del equipo, se disolvieron sin mayores incidentes.
En sala de prensa, Rubén Baraja, asumía las críticas de la afición. "En ningún momento lo he criticado. He dicho que el ambiente lamentablemente es el que es. Entiendo que la gente enfadada. Te estoy diciendo que eso nos influye en el juego. No he criticado a nadie y nuestros aficionados pueden hacer lo que consideren oportuno. Solo digo que la crispación general te lleva a situaciones en el partido que te afectan. Sabemos que estamos solos en esta dificultad", dijo
"Tratamos de aislarnos lo máximo posible de la situación que hay, pero hay cosas que no dependen de nosotros. Nos gustaría que la situación fuera diferente, pero el fútbol va de confianza, de autoestima. Cuando no la tienes, los jugadores sufren, se atreven menos, te agarrotas... Hay que remar en estas circunstancias, que son las que tenemos. El equipo cree, lo intenta...", aseguró el técnico