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Resumen 2018-19 (8): Ellas son fantásticas... pero siempre lo han sido

Resumen 2018-19 (8): Ellas son fantásticas... pero siempre lo han sido

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Foto autor
Juan Rodríguez
Las jugadoras de la Real Sociedad se dan un baño de masas con la afición en los jardines del Alderdi Eder (Foto: Marta Gonzalo).
Las jugadoras de la Real Sociedad se dan un baño de masas con la afición en los jardines del Alderdi Eder (Foto: Marta Gonzalo).

La Real Sociedad ha sido campeona por primera vez en 32 años, pero no ha sido el equipo masculino el que ha conquistado un trofeo ni el que ha llenado Alderdi Eder con el fervor de la gente txuri urdin. No, la gloria ha sido el equipo femenino, el joven equipo femenino que se fundó en 2004 y que ha ido cubriendo etapas hasta llegar a un título de Copa de la Reina histórico en muchos sentidos. Sobre todo, porque es el primero de la sección, y porque hoy no parece el techo de este equipo sino el punto de partida de algo mucho más grande. Ha sido uno de los momentos grandes de la temporada, el más grande.

Ellas son fantásticas, pero en honor a la verdad hay que decir que siempre lo han sido. El fútbol femenino no se acerca, ni en sueños, al grado de profesionalidad del masculino, y en esto tenemos la culpa todos. Salvo en contadas ocasiones, cuando el club ha cedido Anoeta para encuentros muy especiales como los derbis o la misma semifinal copera, la Real femenina no juega en un gran estadio, sino en Zubieta. No reúne al mismo número de aficionados, no suscita el mismo interés en patrocinadores.

Es por eso las jugadoras no ganan lo que realmente tendrían que ganar, por mucho que hayan sido ellas las que han protagonizado una ola de realismo que el equipo masculino no ha podido generar en los últimos años. La Real, esta Real tiene ahora el dulce aliado de la ilusión, y eso es algo que bien podría ser, como decíamos, un punto de partida maravilloso de algo especial. Tarde o temprano, el fútbol femenino será totalmente profesional y estas mujeres ahora entrenadas por Gonzalo Arconada, que ha tocado el cielo con ellas de una forma que quedo lejísimos de haber con el equipo masculino, han demostrado que se tiene que confiar en ellas. La Real, desde la piedra angular que es la renovación de Nahikari García que se daba por imposible, está obligada a crecer.

La Real finalizó la Liga en séptima posición, pero fue en la copa de la Reina donde logró hacer historia. El torneo cambió de formato esta temporada, jugándose el título los 16 equipos de la máxima categoría desde octavos de final y a partido único. La Copa en su formato más puro, ese que el fútbol masculino ya no quiere por intereses de vaya a saber quién. El equipo txuri urdin superó en octavos al Valencia por 1-2 y en cuartos al Rayo Vallecano por 4-0. Las semifinales, ya con Anoeta como escenario, vieron la clara victoria de las realistas por 3-1. Y en la final se conquistó la gloria contra pronóstico ante el Atlético de Madrid, remontando el gol inicial de las colchoneras con los tantos de Gallardo y Nahikari.

Ellas son fabulosas, sin duda, pero lo han sido siempre, cuando consiguieron los dos ascensos en tres años que llevaron al equipo a la élite, pero también en el proceso de asentamiento en la máxima categoría. Es decir, cuando la Real no era campeona. Todo este fervor generado por la Copa es maravilloso. Pero no olvidemos que antes de ser campeonas ya eran de la Real. Y lo serán siempre, también cuando los mayores éxitos deportivos no lleguen, aunque ojalá estén todavía por llegar

Sí, ellas son fabulosas, pero ellas ya lo eran desde el otro gran equipo femenino que tiene la Real, el de hockey sobre hierba, que ha protagonizado otro momento glorioso de la temporada, aunque haya pasado algo más desapercibido. Nuestras chicas han sido subcampeonas de Europa. No importa que la final acabara con un contundente 7-0 contra el Amsterdam, anfitrión del torneo y uno de los favoritos, la Real hizo algo grande solo con su presencia y con la formidable victoria en la semifinal ante el Alster alemán, otro de los pesos pesados de este deporte. Ellas llevan años dignificando el deporte y engrandeciendo a la Real, por esfuerzo, por historial y por el orgullo con el que llevan el escudo y los colores blanco y azul.

Desde luego que son fantásticas. ¿Cómo podrían no serlo si cada día nos dan razones para creer en ellas? Son la Real, tanto como cualquier otro estamento del club.

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