El pasado martes la cordobesa Julia Figueroa compareció en la sala de prensa de la Villa Olímpica con dos kilos de más. Pesaba entonces cincuenta, dos por encima de los 48 reglamentarios para competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016, lo que implicaba aceptar el apetito como compañero de viaje.Para poder superar el pesaje previo a su participación en el evento brasileño debió controlar la ingesta de alimentos, habituar su cuerpo al paulatino proceso de deshidratación -acelerado por el efecto de la sauna- y esquivar la fuerte tentación que supone divisar a lo lejos un McDonald's.
"Estoy un poco enfadada porque no he comido", reconoció risueña. Aceptar las restricciones en los días previos a la competición es habitual en cualquier judoca que se mueva por encima de su peso.
Pero en la antesala de su debut en unos Juegos Olímpicos, Julia Figueroa contagia más ilusión que enfado.
Sonriente camina por la Villa Olímpica.
Sonriente se fotografía con Rafa Nadal, el abanderado del equipo español. Y sonriente disfruta del salón de juegos que a su disposición tienen los deportistas.
Momentos de descompresión necesarios en el ambicioso reto de disputar las medallas. Figueroa, según remarcó a EFE, llega "preparada" a la cita más importante de su carrera.
Como quinta en el ránking mundial, la cordobesa comparte favoritismo con Urantsetseg Munkhbat, representante de Mongolia; con la argentina Paula Pareto, vigente campeona mundial de la categoría; con la japonesa Ami Kondo y con la brasileña Sarah Menezes, su oponente en un hipotético cruce en cuartos de final.
La meta soñada está dos rondas más allá, en el combate por el título olímpico.
Para ello se ejercitó incansablemente bajo la tutela del coreano An Jeonwangh, el seleccionador del equipo olímpico español que integran igualmente el madrileño Fran Garrigós -que competirá también el sábado-, el vitoriano Sugoi Uriarte y su esposa, la valenciana Laura Gómez, además de María Bernabéu, de padre alicantino y madre guineana y subcampeona mundial en 2015.
Juntos apuraron la preparación para la cita olímpica de Río de Janeiro en dos etapas repartidas entre Japón y Castelldefels.
En Brasil desea Julia Figueroa, estudiante de Fisioterapia además de judoca, escribir la página más importante de su historia. El oro será su anhelo mañana, sábado, en el primer día de competición para el judo español.