La selección francesa de balonmano tratará de agigantar su leyenda como el mejor equipo de todos los tiempos e intentará hacer historia en Río al convertirse en el primer conjunto en encadenar tres títulos olímpicos.Un reto que Francia tratará de superar gracias a la calidad y experiencia de jugadores como Nikola Karabatic, Thierry Omeyer, Daniel Narcisse, Luc Abalo o Michaël Guigou, que intentarán igualar en Río al portero ruso Andrey Lavrov como los únicos balonmanistas en la historia en ganar tres oros olímpicos.
Columna vertebral a la que Claude Onesta ha arropado con un nutrido grupo de jóvenes jugadores, entre los que destacan los laterales Timothey N'Guessan, nuevo jugador del Barcelona, y Mathieu Grebille, el extremo Kentin Mahé o el pivote Ludovic Fabregas.
"Tenemos una buena mezcla de seis jugadores que ya han ganado un oro olímpico y nueve jugadores que nunca han disputado unos Juegos y que aportan savia nueva y un montón de talento al equipo", señaló Nikola Karabatic.
Una combinación de experiencia y juventud que convierte a la selección francesa en la máxima y casi única favorita para lograr una medalla de oro.
Trataran de romper de romper estos pronósticos, entre otros, la jovencísima selección alemana, que intentará prolongar en Río el estado de euforia en el que vive desde que se proclamó campeona de Europa el pasado mes de enero, tras derrotar en la final a España, la gran ausente del torneo olímpico.
Bajo la dirección del técnico islandés Dagur Sigurdsson, que no sólo ha rejuvenecido el rostro al conjunto alemán, sino que además ha modernizado los anquilosados planteamientos que habían condenado a Alemania a un papel secundario, el equipo teutón se perfila como la potencia hegemónica del futuro.
El talento de jugadores como el portero Andreas Wolff, los laterales Fabian Wiede y Christian Dissinger, a los que se unirán el extremo Uwe Gensheimer y Paul Drux, ausentes del Europeo de Polonia por lesión, convierten a Alemania en uno de los máximos rivales de Francia.
Una condición de aspirante con la que también parte la selección de Dinamarca, que tras quedarse fuera del podio en el Mundial de Catar 2015 y el Europeo de Polonia 2016, intentará recuperar su papel protagonista, gracias a jugadores como el portero Niklas Landin o el lateral Mikkel Hansen.
Igualmente aspirarán al podio los equipos de Croacia, bronce en el pasado europeo, y Polonia, que confía en la llegada al banquillo del técnico español Talant Dujshebaev, para resarcirse del varapalo que sufrió en su Europeo, en el que ni tan siquiera logró clasificarse para las semifinales.
Al podio también aspira la selección de Catar, vigente subcampeona del Mundo, y que de la mano del español Valero Rivera ha dado un espectacular salto de calidad, eso sí, ayudada por una polémica política de nacionalizaciones, hasta convertirse en la gran tapada de los Juegos.
Más modestos parecen los objetivos de Brasil, entrenado por el español Jordi Ribera, y de Argentina, que tendrán como meta alcanzar los cuartos de final de un torneo, en el que todo lo que no sea el triunfo del equipo francés se consideraría una mayúscula sorpresa.