No es habitual y parece difícil, pero en apenas un año se puede saltar la línea invisible que separa lo que significa pasar de ser entrenador a jugador, con un currículum de 193 partidos oficiales con España y 126 goles.
Olga Martín
Santi Freixa Escudé lo ha hecho. "Gugu", como le llaman en el mundo del hockey, capitaneaba a España en Londres 2012 y lo siguió haciendo hasta el verano pasado. Hoy, en Río 2016, forma parte del cuerpo técnico de Holanda, equipo que debutará mañana frente a España, cuyo técnico, el inglés Adrian Lock, recuerda todavía las veces que tuvo que marcarle cuando rivales en la liga española.
Integrante de uno de los mejores tripletes atacantes de la historia con Pol Amat y Edi Tubau y jugador del equipazo que peleó por el bronce en Atenas 2004, antes de ganar el "Champions Trophy" de ese año, el Europeo 2005 y la plata en Pekín 2008, Freixa comentó con EFE sus nuevas vivencias en un deporte que le ha dado "la experiencia de su vida" y "amigos inolvidables".
- Pregunta (P): ¿Qué tal la nueva experiencia?
- Respuesta (R): Cuando acabamos el Mundial hace dos años ya no tenía la energía y compromiso que tiene que tener un jugador de España y decidí que ya estaba bien. Entonces había un cambio de técnico en la selección holandesa que había sido jugador conmigo y me planteó que probara con él porque confiaba en mí. Hace un año cambiaron y entró la que era mi entrenadora en ese momento en el club - la australiana Alyson Annan me dijo que también quería que siguiera como asistente.
- P: ¿Y cuál es su función?
- R: Me dedico más a trabajar con los delanteros. No es fácil pasar de jugador a entrenador y menos en un equipo que ha ganado todo porque Holanda es el Ferrari a nivel internacional. Fue fundamental mi experiencia internacional y olímpica en Atenas, Pekín y en Londres. El reto es tan bonito que lo compensa todo.
- P: ¿Mejor entrenador que jugador?
- R: A día de hoy no puedo compararlo porque estoy en un paso intermedio. En el staff mi punto de vista es una mezcla de entrenador y jugador y por eso me dicen que es útil. Veo muchas cosas aún como jugador, pero trato de tener cada vez más visión como entrenador porque al final es donde quiero llegar, a ser buen entrenador, aunque me llegó por sorpresa.
- P: Y el año que viene dará un paso más...
- R: Voy a empezar a entrenar al Kampong de la división de honor femenina holandesa. Si el hockey me mola ¿por qué voy a seguir trabajando ocho horas en una empresa?. Aunque voy a seguir haciendo proyectos para la empresa en la que he trabajado creo que lo puedo hacer bien. El Kampong es donde juega Gigi (Georgina) Oliva, es muy especial porque ella es una niña a la que he visto crecer.
- P: ¿Cómo ve a los equipos de los Juegos?
- R: A día de hoy Holanda y Argentina están por encima. Después Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos y Corea son muy buenos. Por lo visto en el Champions Trophy, Argentina y Holanda son los grandes niveles, pero los otros pueden dar la sorpresa
P: ¿Y España?
R: No hay que olvidar de dónde viene, que es de no clasificarse para Londres, de una crisis y de una etapa de baja preparación. Adrian Lock, el seleccionador, ha sido un gran ejemplo de trabajo, perseverancia y coraje. Con todos los problemas económicos y la escasez de fichas estar en los Juegos ya es muy grande. España necesita un gran nivel físico, concentración y técnica para hacer partidos grandes. Esto te exige mucho, pero si logra sacar los puntos que tiene que sumar y pelear puede llegar a cuartos de final. Este formato te permite eso, antes no. Tiene gente de calidad, pero al final es fundamental el trabajo en equipo
P: ¿Qué le han aportado los tres Juegos en los que ha competido?
R: Pues no he tenido tiempo para encontrar una respuesta. Te has puesto tan al límite para conseguir lo que tanto deseabas que es la experiencia de tu vida. También los amigos. Te hace tanta ilusión ver a gente como Maurits Hendriks (técnico con el que España ganó la plata en Pekín 2008) y a otros compañeros de selección, algunos que ahora están en el equipo y a que los que he visto llorar antes por haberse quedado fuera. Esto da sentido a todo.