Fred Vergnoux es el entrenador de Mireia Belmonte. Suele decir Fred que en España se duerme poco y mal, parafraseando la estrofa de Miguel Ríos en su 'Blues del autobús'.Luis Villarejo
El entiende que no hay más nadadores del perfil de Mireia porque para alcanzar ese nivel hay que estar dispuesto a un sacrificio y una exigencia para la que el panorama nacional no está preparado.
La gran mayoría se queda en el camino. No pueden rozar el umbral de Mireia. Vergnoux aprieta duro las ocho horas al día que Mireia pasa en el agua. Pero tan importante es ese derroche físico como el entrenamiento invisible. El descanso es clave en el libro de ruta de un entrenador francés, que en su día llegó al CN Sabadell para diseñar una carrera deportiva admirable. Su talento debía ser correspondido por un salario acorde con su mercado. Así que fue contratado por la Federación de Natación con el impulso del Consejo Superior de Deportes. Era necesaria la sociedad Vergnoux - Mireia. Mireia sin Vergnoux es como bailar sin música.
"La clave del éxito está en el descanso y en la recuperación. El factor más importante del entrenamiento es el descanso. No puedes mejorar tu fuerza ni la velocidad en el agua si no descansas". Lo cuenta Vergnoux en el libro A por más medallas, de la Agencia EFE. E insiste Fred en que tan importante es la relajación como una brazada.
Vergnoux sabe que España, como país del sur europeo, es una nación con cultura nocturna. El español come y se acuesta tarde. Su reloj es distinto al del norte de Europa y para estar al nivel de los grandes de verdad hay que cambiar hábitos. La vida de Mireia comienza todas las mañanas a las 6,15 horas.
En el método Vergnoux se entrena hasta el descanso. Y por supuesto, el factor psicológico. Ahí, en ese escenario, Mireia disfruta. Aprendió a liberarse de la presión. Y ahora, es una campeona con personalidad y determinación. Cuando Mireia aparece en la cámara de salida con sus auriculares escuchando música, en ese momento, ya ha comenzado la competición. Aislada, concentrada. Ella muestra ya un comportamiento de autoridad. Se sienta al lado de sus rivales, buscando su hueco en el escaño, y manda un mensaje de 'aquí estoy yo', arrinconando y comiendo la moral de su rival directa.
Mireia ha ganado en estrategia y en afán de superación. Fred Vergonoux entiende que una nadadora de éxito necesita diez años compitiendo al máximo nivel internacional. Ella se encentra en plena madurez. De cría, le diagnosticaron alergia al cloro. Ahora, la piscina es su casa. Sus padres, su gente, más allá de los records siempre cuentan que lo más destacable es ver a su hija, saliendo de la piscina con una sonrisa. En Río, seguramente lo podrán comprobar de nuevo.