Andrés Sánchez BraunPyeongChang (Corea del Sur), 24 ene .- El acuerdo para que ambas Coreas se hermanen en PyeongChang ha puesto de manifiesto la disparidad generacional en el Sur a cuento de una hipotética reunificación, una brecha latente incluso en el mismo epicentro de los Juegos.
La cita olímpica invernal es una magnífica noticia para los 43.000 habitantes del condado rural de PyeongChang, al cual ha traído inversión, infraestructura o turismo.
Sin embargo, el guión de estos Juegos ha cambiado sensiblemente después de que las dos Coreas acordaran -tras años de desencuentro y tensión por el avance nuclear del régimen- que el Norte participaría, que ambas desfilarían juntas bajo una sola bandera en la apertura y que formarían un equipo conjunto de hockey femenino.
"Estoy muy ilusionado de poder estar con norcoreanos durante los Juegos", cuenta en un encuentro con los medios Choi Song-hwan, uno de los 20.000 voluntarios de PyeongChang 2018, en Daegwallyeong, villa de poco más de 6.000 habitantes donde el mundo posará su mirada el próximo 9 de febrero.
Aquí se sitúa el estadio que acogerá la ceremonia de inauguración en la que las dos Coreas -que permanecen en guerra desde los 50- realizarán su primer desfile olímpico en 12 años bajo la llamada bandera unificada.
"Mi deseo es que la reunificación se hiciera realidad pronto", explica a cuento de este importante acercamiento, que Seúl considera que puede ayudar a iniciar el diálogo para la desnuclearización norcoreana y para una futura reunificación.
Este exingeniero de 73 años, representa a la perfección al estrato de surcoreanos que aún tiene vivo el drama que padeció en el siglo XX la península coreana y que sueña con volver a verla unida.
Choi nació en Seúl en 1945 coincidiendo con el fin de la ocupación nipona y la división en dos del país y vivió de niño la guerra que entre 1950 y 1953 lo desangró -dejando en torno a 2,5 millones de muertos- y que ha mantenido enterrada hasta el día de hoy la posibilidad de verlo unido de nuevo.
Lee Ji-seol, de 21 años y también voluntaria, es sin embargo un buen reflejo de lo que piensan al respecto los jóvenes sureños, obligados a lidiar con una realidad hipercompetitiva para salir adelante y más escépticos o directamente reticentes con respecto a una hipotética reunificación, tal y como muestran los estudios.
"Creo que los jóvenes tenemos un problema con la reunificación. Hablo con mis amigos y comentan "Vivimos bien así, ¿por qué necesitamos unir los dos países?", dice Lee, nacida en el mismo PyeongChang.
Aún así, ella no está rotundamente en contra de una Corea unida, a diferencia de Park Min-cheol, otro voluntario de 23 años nacido también en esta región.
"Yo y mis amigos no estamos de acuerdo con la reunificación", cuenta Park, que como todo varón adulto surcoreano ha tenido que realizar un servicio militar obligatorio de dos años.
Este estudiante universitario asegura que, tras haber visto de cerca la realidad norcoreana en el transcurso de las patrullas o las guardias fronterizas, "ninguno de los compañeros se ha mostrado a favor de la reunificación".
"Desde luego creo que podemos ayudarles y mostrarles apoyo pero, ¿por qué reunificarnos?", se pregunta.
Choi, al que también le tocó servir con las tropas surcoreanas en otro de los más cruentos escenarios de la Guerra Fría, Vietnam, cree tener la respuesta a esa pregunta.
"Yo viví la guerra (de Corea) y estuve en Vietnam. Los jóvenes no entienden cómo la guerra te lo puede quitar todo. No la han vivido y creen que nunca la van a sufrir, pero temo que sin reunificación siempre va a existir la posibilidad de que haya una guerra en la península", afirma.
Algo que los tres sí tienen claro es que una hipotética reunificación debería producirse bajo un sistema democrático como el que impera en el Sur y no bajo "los términos de Norte", donde la línea oficial aboga por una Corea unida bajo el liderazgo de los Kim y la idea "Juché".
En ese sentido, la voluntaria Lee argumenta que "la reunificación debe ser un objetivo a largo plazo, y que en todo caso debe ser beneficiosa para ambos países para que suceda".
"El 80 % de los mayores de 50 apoyamos la reunificación pero la verdad es que esa posibilidad ya no nos pertenece", remata Choi, que cree que esto es ahora asunto de la juventud y "que debe ser suya la decisión de unir o no a los dos países".