Adrian R. HuberGangneung (Corea del Sur), 23 feb .- La selección de Alemania se medirá al Equipo de Deportistas de Rusia (OAR) en la final del torneo masculino de hockey sobre hielo de los Juegos Olímpicos de PyeongChang, al protagonizar la gran sorpresa y derrotar este viernes (4-3), en la segunda semifinal, a Canadá.
Con esta victoria sobre la a priori gran favorita del torneo, Alemania firmó el momento más importante de toda su historia olímpica en este deporte. Y, pase lo que pase en la final del domingo, de nuevo en el Gangneung Hockey Centre, mejorará su mejor resultado en unos Juegos: en los de Innsbruck'76 (Austria) había repetido en bronce logrado 44 años antes en los de Lake Placid (EEUU).
Alemania, que había sido tercera del grupo C y que sólo pasó a cuartos tras eliminar a Suiza, después de la prolongación (2-1), en el partido de repesca; sorprendió en esa ronda a Suecia, a la que echó del cuadro, de nuevo con un gol de oro, en el tiempo extra (4-3).
Pero después de saltar a la pata coja sobre el alambre durante casi todo el torneo, este viernes, el equipo que dirige el joven Marco Sturm -de 39 años, ex jugador de seis diferentes equipos de la NHL, la liga profesional norteamericana- dio un enorme golpe de autoridad, retrasando una vez más su billete de vuelta a Alemania, donde sus integrantes serán recibidos como auténticos héroes.
Los germanos se adelantaron a poco más de cinco minutos para el final del primer periodo gracias a un tanto de Brooks Macek, aprovechando el primer 'power play' del que dispuso, con inferioridad numérica de Canadá -por penalización de dos minutos de René Bourque-.
Lejos de reaccionar, Canadá, la selección más laureada del olimpismo -con nueve títulos, entre ellos tres de los cuatro últimos- y que llegó a PyeongChang como vigente campeona, se hundió en el segundo periodo.
Matthias Plachta, en el 24 ; y Frank Mauer, tres minutos después, colocaron en el marcador un preocupante 3-0, que confirmaba que el conjunto de la hoja de arce no atravesaba por su mejor momento, tras haber pasado a cuartos 'sólo' como segunda del grupo A y haber eliminado en esa ronda, por la mínima (1-0), a Finlandia.
Gilbert Brule acortó distancias en el 29 (3-1). Pero a seis para el final del segundo periodo, Alemania aprovechó el tercer 'power play' que tuvo a favor para endosarle, gracias a un tanto de Patrick Hager, asistado por Plachta -que le devolvió la acción del 2-0-, un 4-1 escandaloso con el que se cerró el segundo acto.
Mat Robison acortó de nuevo en el tercer minuto del último periodo (4-2). Y tan sólo un minuto después, Dominik Kahun tuvo en su stick el 5-2, pero desaprovechó un penalti que le detuvo el portero canadiense, Kevin Pulin.
Seis minutos más tarde, el partido entró en ebullición con el tanto, al aprovechar Canadá el 'power play' consiguiente a los dos minutos de suspensión de Plachta y marcar Derek Roy el 4-3.
Un gol que metía de nuevo en el partido a Canadá y que provocó que Alemania se tuviera que defender con uñas y dientes antes de lograr su victoria más importante en unos Juegos Olímpicos.
Resultado que podría hacer brillar aún más si sorprende en la final al Equipo de Deportistas de Rusia, que horas antes había dado cuenta, sin mayores problemas, de la República Checa.
Los checos sólo aguantaron el primer periodo antes de caer por 3-0, asimismo en Gangneung. Donde el miércoles los rusos habían masacrado a Noruega (6-1) en cuartos.
En poco más de un minuto -con goles en el 28 y en el 29- Nikita Gusev y Vladislav Gavrikov dejaron encarrilado el partido; y, prácticamente sobre la bocina, Ilya Kovalchuk logró el definitivo 3-0 que devolvió a la selección rusa, veinte años después, a una final olímpica de hockey sobre hielo.
La anterior había sido, precisamente, antes la República Checa, que la había derrotado en los Juegos de Nagano (Japón) por 1-0. Y esta vez disputarán una final inédita, ante el más que sorprendente equipo alemán.
La última victoria rusa en un torneo olímpico data de 1992, cuando, en la final de los Juegos de Albertville (Francia) ganaron a Canadá (3-1). En aquella ocasión, como el Equipo Unificado heredero de la entonces recién extinta Unión Soviética, que antes de su desaparición había ganado siete oros olímpicos en hockey sobre hielo.