Enmanuel Reyes Pla, boxeador español nacido en Cuba, desde donde huyó para reunirse con su familia en Galicia, ha tenido este viernes un combate muy especial. Un combate ante un boxeador de su país de procedencia, Luis de la Cruz, que en algún momento hizo declaraciones contra él por abandonar Cuba.
Más allá del deporte, es evidente que la figura de Enmanuel concita controversia entre los cubanos, que ven cómo uno de sus deportistas de peso representa a otro país. Enmanuel, apodado El Profeta. Pues bien, aunque en el Kokugikan Arena no había público, sí que se concentraron en la grada una decena o algo más de cubanos del staff, de otros boxeadores y gente alrededor del equipo cubano de boxeo. Estos no dejaron de animar a Lacruz durante todo el combate, pero no solo animaron a su boxeador, también apuntaron al español.
"Pa que nos respete, dale pa que nos respete", "bórrale esa sonrisa de la cara", "traidor", "pasivo"... esas fueron algunos de los gritos que salieron de la grada de los cubanos durante todo el combate.
"No pasa nada los gritos del público, eso me pone más fuerte, que griten, eso me da más auge para seguir boxeando, más gritan ellos más grito yo", respondió Enmanuel tras el combate al respecto.
Enmanuel Reyes analizó además el combate y la decisión de los jueces.
"Hemos trabajado duro 5 años para esto, para que los jueces decidan esto. Hay que tirar para adelante, nos veremos en París. Arriba en el ring se vio quién estaba mandando, los árbitros lo vieron al revés, felicidad para los árbitros.
"Hemos hecho un papel enorme, queríamos la medalla de oro, pero por culpa de los jueces no se pudo, ellos sabrán por qué
"No pasa nada los gritos del público, eso me pone más fuerte, que griten, eso me da más auge para seguir boxeando, más gritan ellos más grito yo".