Los JJOO avanzan con España absolutamente deprimida en el medallero y a la espera de que la marcha, el boxeo y el piragüismo cambien una situación que ya lleva un par de noches torciendo el gesto de más de uno. Se acercan los momentos decisivos de la competición en los deportes de equipo, cuya cosecha tampoco tiene por qué variar demasiado el resultado global y aparecen en concurso algunas de las estrellas españolas.
Con la derrota de la pareja Nadal-Alcaraz, el murciano se queda sólo en el plano masculino con el objetivo ser de todas todas el rey del tenis. De ganar la prueba individual estaría, con 21 años, a un Open de Australia de tener todos los títulos importantes. De paso, cerraría una temporada prácticamente inmejorable en la que también le puso su nombre a Roland Garros y Wimbledon. Así las cosas, Carlos se elevaría al olimpo de los juegos junto a estrellas como Leon Marchand o Simone Biles.
En el golf llega el turno de Jon Rahm. Su temporada ha sido irregular, marcada por su marcha al LIV -circuito asiático-, la negociaciones para la reunificación del golf mundial, y sin suerte en los grandes. Afortunadamente llega a París después de ganar hace unos días su primer torneo en más de un año y seguro de que el escenario del torneo olímpico le va bien. En el Golf National se estrenó en 2018 como jugador del equipo europeo de Ryder Cup con victoria sobre Estados Unidos y, a título personal, imponiéndose a Tiger Woods en el partido de individuales. En el golf también competirá David Puig, igualmente jugador del circuito asiático y una de las estrellas en ciernes de este deporte.
Carolina Marín encara ya los octavos de final. La fase de grupos ha sido un paseo y llega la hora de la verdad para ella. Enfrente, la norteamericana Beiwen Zhang, que ya la derrotó en el mismo escenario del partido que las va a enfrentar. A favor de Carolina: Además del ranking y de ser teóricamente mejor jugadora, su experiencia y capacidad de intimidación sobre sus competidoras. Con ella, aunque no sea lo más probable, no podemos descartar ni el oro.
Llega también la hora de Niki Sherazadishvili. El peso pesado del judo español ya ha ganado medallas en mundiales y europeos y es una opción de medalla tan buena como lo era la de Fran Garrigós. En él siempre hay que creer con independencia del momento en el que llegue a cada competición. Tiene experiencia olímpica y peso en el tatami como para no fallar.
Y la más clara de todas será la opción de Hugo González. Es, de largo, el nadador español de moda. Sobre él giran todas las esperanzas de sacar medallas y ha llegado su momento con independencia de que ya firmase un sexto puesto el pasado lunes en la final de 100 espaldas. Porque su prueba, su favorita, en la que va mejor y parte como uno de los favoritos, es la que dobla la distancia, los 200.