La cantera, Simeone y una camiseta para despedir a dos leyendas

Empezaremos hablando del partido: en el Atlético de Madrid, y aunque pueda parece lo de menos, el resultado tiene mucho significado. Porque lo hizo en inferioridad numérica, con chavales de la cantera sobre el campo, con gol final de Sergio Camello, tras un 2-0 en contra en la primera mitad y con Antoine Griezmann sin aparecer ni al principio, ni al final ni en medio.

Será la última vez que lean a Griezmann en esta contracrónica, pues el francés se marcha sin pena ni gloria para la afición colchonera. Indiferencia. La decena de seguidores rojiblancos que se acercaron hasta el Ciutat de Valencia le dedicó tímidos pitos. En cambio, sí se despidió de Juanfran Torres, que jugó su último partido con la camiseta del Atlético de Madrid y lo hizo como capitán.

El lateral acabó acercándose a la grada visitante y luciendo una camiseta de los años 90, la que tiene el verdadero escudo del Atlético de Madrid, ese que desde el club se han empeñado en tapar. Sí besó ese escudo Juanfran, igual que sí besó ese escudo Diego Godín hacía apenas una semana. El uruguayo acabó siendo manteado aquel día en el Metropolitano, pero el club decidió censurar todas las imágenes que incluyeran la dichosa camiseta. Ya saben, la dictadura de un logo que la afición sigue sin aceptar.

La imagen final invita a la melancolía. Juanfran se enfundan la famosa camiseta, Godín le abraza, acaban besando el escudo... Y por otro lado, sin aparecer en la foto, estaría el '7', que también jugó su último encuentro en el Atlético. No lució el brazalete, no acabó siendo despedido con honores por la afición. Tampoco apareció en el Ciutat de Valencia, pero el Atleti ya ha dejado claro que no lo necesita.

Lo que sí necesita son jugadores con compromiso, como Koke, como Giménez, como Saúl. Como los canteranos que salen de la cantera, véase Sergio Camello, y dice que quieren ser leyendas del Atlético de Madrid apenas en su primer partido. Como los Víctor Mollejo o los Borja Garcés. Como Diego Pablo Simeone, quien sí sigue pase lo que pase. Y con el Cholo, con su compromiso, su sentido de pertenencia y su regularidad deportiva, incalculable e inimaginable hace años, los aficionados del Atlético pueden seguir estando tranquilos. No necesitan más.