Un sepelio agónico
Moribundo, agónico, expirante. Así ha sido el broche final a una temporada para el olvido. Un curso en el que la corona perdió su valor, la hegemonía 'real' se topó con la más cruda real-idad. El año en el que el Real Madrid firmó el segundo peor curso de su historia. La crónica de un esperepento, de algo impropio de un club de su calibre. Porque hasta la fe se perdió. También la mordiente, el genio, la ambición y hasta la ilusión. Pero esa historia, menos mal, ya llegó a su fin.
Aquí yace el final del peor Real Madrid del Siglo XXI, superando los registros de la temporada 2008/09. Hace unos días la temporada ya era caótica, con un total de 17 derrotas en la temporada (11 en LaLiga). Una crisis que no se igualaba desde la temporada 1998-99.
Pero siempre se puede ir a peor. La derrota ante el Real Betis ha consumado la segunda peor temporada en la historia del Real Madrid. Se dice pronto. Unos registros que no se repetían desde hace dos décadas y media y que sólo es mejor que la de la 84-85.
Una historia que han escrito hasta tres entrenadores. Atrás quedan muchos fracasos, desengaños, confrontaciones. La marcha de un ídolo al que se le echa de menos. También la amarga salida por la puerta de atrás de un tal Gareth Bale, que renegó de aprovechar la oportunidad de su vida y hacerse leyenda en el Real Madrid. Un año en el que se acumulan 29 goles menos y muchas ilusiones en el olvido.
Por delante se abre una nueva ilusión. La que abandera el futuro. El de los Brahim y Vinícius. El de aquellos que han honrado un escudo que jamás debía haber sido manchado. Un verano movido pero que debe servir como reflexión y autocrítica, para volver a generar un Real Madrid campeón.
